sábado, 2 de junio de 2012

Capítulo 13

Muchas Gracias por las firmas! Me alegro de que os guste!! Hoy Mucho Laliter (L) 
Espero opiniones sobre que os parece! 
Besitos y espero que os guste! Cuando haya firmitas subo el próximo!





Las cosas que nos atraen son las que más miedo nos dan, las que nos asustan, nos imponen y las que cuanto más cerca parecen estar, más nos aterrorizan. Como estar al borde de un precipicio, del cual, no sabemos que hay al otro lado, pero nos atrae lo oculto, nos seduce, y nos llama a grito, sabemos que lo queremos pero nos da demasiado miedo cruzar aquella línea que nos separa de eso que nos aterra y que tanto deseamos. Pero cuando al fin cruzamos esa línea, es tal la felicidad tras ver lo fácil que había sido, y que había merecido la pena cruzar esa línea, solo nos queda reír.

-Feliz cumple, La

Una enorme sonrisa inundó el rostro de la morocha, que irradiaba felicidad por cada poro, al escuchar esas palabras, al sentir sobre sus labios, en medio de aquel beso, aquella voz.
Una de las dos manos que la abrazaban con fuerza por la cintura contra él comenzó a subir, llenándola de caricias, hasta al subir lentamente los deditos por su cara se deshizo de aquella venda.
Abrió los ojos con lentitud, y no pudo evitar sonreír al ver aquella sonrisa arrolladora en sus labios, que no dejaban de jugar con los suyos con pequeños besos y esos profundos ojos verdes clavados en los suyos, que parecían tenerla hipnotizada.
La mano de él se deslizaba por su pelo acariciándolo, llevándola después con cuidado hacia su mejilla, y acariciándola a la par que volvía a dejar caer sus ojos, y volviendo a sumergirse en un nuevo beso.
Esta vez sus labios no necesitaron a penas un poco de presión en los de ella, pues fueron los de esta los que le abrieron paso y los acogieron, fundiéndose con los suyos en este nuevo beso.
Si bien aquel primer y corto beso que le dio hacía a penas unos segundos fue con suma lentitud, ternura, delicadeza y cuidado, había jugado con sus labios de la misma forma que si ella fuese una muñequita de cristal, que con el mínimo gesto, un poco más brusco de la cuenta fuese a romperla. Pero este nuevo, sin perder aquellos mismos detalles de ternura y suavidad, no pudo evitar dejarse llevar por el deseo que le producían sus labios, deseo que había provocado la forma con la que ella lo acogió, por como lo besaba. Ahora podía estar seguro que aquello que le recorría el cuerpo, no era solo cosa suya, que ella lo necesitaba tanto como él a ella, y que ese beso estaba haciendo explotar, tanto en uno como en otro, una bomba de sentimientos que nunca habían experimentado.
Los brazos de ella se abrazaron a su cuello, como si así le prohibiese una futura separación o huida, mientras una de sus manos se enredaba por su pelo. Mientras tanto la mano de él que simplemente antes se apoyaba en su cintura, la rodeó por completo, pegándola lo máximo posible a él, mientras que la otra, se deslizó de su cara hasta su cuello, el que investigó con suma delicadeza mediante caricias, antes de llevar esta mano hasta su espalda, acariciándola de arriba abajo.
Mariposas en el estómago, su pulso acelerado y aquella sensación de sentirse en una nube. Lali había besado a pocos chicos en su vida, y aunque la gran mayoría, en un beso lo máximo que consiguieron fue tensarla y ponerla nerviosa, con el que más había sentido había sido con su antiguo novio, aquel que dejó atrás antes de llegar acá, y cuando lo dejó atrás, estaba segura que jamás volvería a sentir lo que sintió con él, que nadie volvería a hacerla sentir como él, lo que no supo hasta ahora, es que había alguien que haría que todo lo que sintió y pasó con él, no fuese ni una minimísima parte de todo lo que estaba sintiendo ahora. Era como si algo que llevaba esperando años, ahora explotase dentro de ella en su máxima potencia. Parecía cosa de película, que alguien te bese, y todo se parase, desapareciese, y que una felicidad inmensa le recorriese todo el cuerpo, que hiciese que lo único que le importase, desease y necesitase en aquel momento era él.
Peter pensaba lo sorprendente que era, que a pesar de la cantidad de besos que había dado en su vida, y la cantidad de chicas con la vía estado, como nunca había experimentado algo así. Por más chicas que hubiese besado, por lo general, solo pensaba o en llevársela a la cama, o en cualquier otra cosa que nada tenía que ver con el momento, y la única emoción que un beso había conseguido provocarle era excitación. Pero aquello, era algo nuevo, era como el resto del mundo se hubiese paralizado, y en aquel momento nada más importaba, nada más existía, que aquel momento en el que se encontraban, ni el antes ni el después, era el aquí y ahora. Le asustaba esa sensación que ahora recorría todo su cuerpo, aquella especie de escalofrío que recorría cada parte de su cuerpo, que hacía que se le erizase la piel, y el corazón se le acelerase tanto que pareciese que se le iba a salir del pecho. Sabía que había algo distinto en aquella chica, lo supo desde el día en que la conoció, pero jamás pensó que con un simple beso pudiese sentir tanto por alguien, era algo nuevo para él, algo que le asustaba, pero era un sentimiento hermoso, que le hacía sentir pleno de felicidad.

Los minutos pasaron, aunque para ellos todo estuviese congelado, nada más existía ni importaba, solo el uno, el otro y aquel beso, aquellas caricias, aquel momento.
Pero al cabo de un buen rato, la necesidad de respirar fue más fuerte que la del deseo de ambos. Poco a poco ese beso fue disminuyendo, pasó de un beso intenso, a uno lento y muy suave, el que se convirtió en varios besos seguidos, como si por más que quisiesen separarse para respirar, eran incapaces, como dos imanes, más fuerte que nada. Cuando uno intentaba separarse un poco, el otro le frenaba con un nuevo beso corto. Dos inmensas sonrisas relucían en medio de aquel intercambio de besos, y algunas risas, mientras sus ojos aun seguían cerrados, la frente de él apoyada sobre la de ella y las caricias, ahora de forma más suave, continuaban, cada vez más y más leves, hasta que finalmente, él la agarró con algo más de fuerza y la abrazó contra él.
-¿Pensás tomar como costumbre eso de secuestrarme? –susurró Lali, con la respiración aun algo entrecortada, en medio de una pequeña risita divertida.

Peter dejó ver una gran sonrisa, abrió los ojos encontrándose con su mirada. Primero se mordió el labio, como si lo pensase, y finalmente asintió antes de dejar un nuevo beso en sus labios, a los que ahora mirándolos, parecían imposibles de resistir.

-Cada vez que me lo pidas

-¿Y esto lo pedí yo? –arrugó la nariz, en un gesto divertido

-Obvio, tu mirada me lo pedía a gritos –respondió él, hablando en aquel tono igual de bajito, y con un tono de diversión

-¿Ah sí? Mirá vos –alzó las cejas, asintiendo con la cabeza, mientras deslizaba sus deditos por su pelo -¿Y que te gritan mis ojos ahora, a ver? –preguntó con diversión, y total inocencia.

La sonrisa que Peter cargaba en sus labios aumentó tras escuchar la última pregunta, y no le dio tiempo a decir nada más cuando la besó de nuevo. Un nuevo beso al que ella respondió ahogando en este una pequeña risa.

-¡No gritaban eso! –protestó Lali entre algunas risas cuando al final se separaron de nuevo

-¿Ah no? –Alzó las cejas haciéndose el sorprendido –bué, me equivoqué, pensé que pedían un beso

-mmm…no –llevó una boquita a un lado como si pensase, intentando mantenerse seria, pero una sonrisa que amenazaba con salir la delató, y sin darle tiempo a nada, lo besó –Pedían dos –susurró sobre sus labios, mostrando después una sonrisa, algo tímida, por cual sería su reacción

Peter, que si justo algo no esperaba fue aquello, se quedó colgado del todo con aquel beso que le dio ella, por lo que tardó un poco en reaccionar hasta que la escuchó. Ladeó la cabeza, mordiéndose el labio con ternura al mirarla. ¿Quién podía resistirse a algo así? Soltó su cintura para llevar ambas manos a su cara, agarrándola y comenzó a llenarle la cara y cuello de besos con una excesiva efusividad, a la que ella respondió con risas.

-Pará, loco, pará –exclamó entre risas, abrazándose a su cuello

Peter, sin dejar aquel reguero de besos, volvió a rodear su cintura con sus brazos, abrazándola y levantándola en el aire, dando una vueltecita en el aire, antes de depositarla en el suelo, parando con los besos y simplemente quedándose abrazándola en silencio.
Lali rodeó su torso con sus brazos, y se quedó abrazándole en silencio también, apoyando su cara en su pecho de lado. Entonces fue cuando se dio cuenta de que a pesar de lo que había parecido en aquel tiempo, el mundo seguía existiendo. Observó en silencio y con una enorme sonrisa en sus labios aquel suelo totalmente lleno de pétalos de rosas, y las velas por todos lados de aquella terraza, al aire libre, bajo aquel cielo tan estrellado. Mientras él, la miraba desde arriba curioso, al ver que como miraba su sorpresa.
Dejó un beso en su cabeza, y se despegó de ella para mirarla.

-Se que no es un gran salón, con mil personas, con clase y todo eso que te gusta a vos, pero que se yo, pensé que te gustaría la sorpresa –sonrió de ladito, sin estar muy seguro de aquello, llevándose una manito al pelo despeinándoselo un poco con cierto nerviosismo.

Lali aprovechando que la soltó, caminó un poco por aquel sitio, observando cada detalle, mientras le escuchaba.

-Es hermoso

-Vos sos hermosa –sonrió abrazándola por la espalda, cruzando sus manos sobre su tripa y dejando un beso en su cuello.

Lali sonrió, encogiéndose al sentir aquel beso, notando un nuevo escalofrío por todo su cuerpo. Aun seguía sin entender aquella especie de vulnerabilidad cuando estaba en sus manos.

-Fue el mejor cumpleaños de mi vida

-¿Sí? Mirá vos, ¿y por algo especial? –bromeó, haciéndose el boludo, mirándola desde el lado

-Y… que se yo, por muchas cosas –encogió los hombros, siguiéndole la broma –Por las chicas que me sorprendieron esta mañana, en casa también me armaron algo, bué y la fiesta fue increíble, la comida, la gente, los regalos, nah no sabés todo lo que me regalaron –siguió boludeando, ella misma sabía lo poco que le había importado todo aquello, y su tono sarcástico lo indicaba muy bien

-¿Muchos regalos? –preguntó curioso, dejando a un lado la broma, algo serio

Pero Lali, no se centró en su pregunta, si no en su tono, y al girar la cara en la caripela que mostraba, imaginando porqué sería.

-Y por vos, tontito –sonrió sacándole la lengua, antes de besarle de nuevo

Peter sonrió al escucharla, aunque no muy animado, su cabeza seguía en otro lado, y ni con el beso volvió.

-Bué, pero contame más de la fiesta, del cumpleaños, ¿cómo fue? ¿qué te regalaron? –volvió a preguntar, dándole un beso en la mejilla

-¿Por qué te interesa ahora tanto? –arrugó la frente con curiosidad, girando la cara hacia él –Qué se yo, estuvo bien, un poco embole, además ¿qué te voy a contar? Si seguro llevás toda la fiesta por ahí burlándote de mí

Peter soltó una carcajada al escucharla, dándole un par de besos más

-¿Viste como sí me pedías que te rescatara? –le guiñó un ojo, apoyando su cara sobre la suya, en un gesto tierno -¿Y los regalos?

-¿Qué obsesión tenés con los regalos? –hizo un gesto con la mano mirándole con diversión –Algo de ropa, unos tacos también, perfumes, no sé, varias cosas, hay muchos en la sala que ni abrí, ah y el collar este a juego con la pulsera que me regaló Benja

-Ah, muy lindo –comentó algo seco, clavando la vista en el collar

A pesar de que Lali no le dio la mínima importancia a aquello, por la cabeza de Peter pasaron mil cosas.

-¿Por qué tanto lío con los regalos? ¿me compraste algo? –preguntó alzando las cejas un par de veces, con un tono divertido

-¿Eh? No, no, nada que ver –disimuló él, volviendo a soltarla y llevando de vuelta la mano a su pelo, aquel gesto tan típico en él de nerviosismo

-Dale, pela, ¿seguro? ¿nada de nada?

-No, La, ya te dije que no –sonrió intentando sonar lo más creíble posible, llevándose inconscientemente una manita al bolsillo

Lali arrugó la frente antes el comportamiento extraño de ahora, más bien por el cambio de actitud.

-Bué, si vos lo decís, te creo –encogió los hombros, mostrando una pequeña sonrisa, girándose y llevando las manitas a su cuello

Peter sonrió aliviado de que ya se le hubiese pasado la idea por la cabeza, y rodeó su cintura con sus brazos.
-Entonces, ¿vos decís que fui una de las partes que hicieron que fuera el mejor cumpleaños?

-La mejor –sonrió, rozando su nariz con la de él, y sin tener tiempo a añadir nada más cuando ya estaban sumergidos en un nuevo beso.

Pero la idea de Lali estaba ya fijo, y en medio de aquel beso, llevó su manita al bolsillo de él, tirando de la cadenita de este

-¡La, no!

-¿Y esto?

Lali, separándose de él se acercó a la barandilla de aquella terraza, mirando la cadenita.                  

-Es una pavada Lali –suspiró, haciendo una muequita de desagrado – Pensé que te podría gustar, que se yo, lo vi lindo, pero mirá todo lo que te regalaron, mirá lo que es ese otro collar ¿te hacés una idea de lo que habrá costado? –se pasó ambas manos por el pelo, apoyándose de lado en la baranda a su lado –Fue una mala idea, no debí…

Lali no dijo nada al escucharle, seguía mirando el collar. Cuando él acabó, se giró hacia él, y le tendió su collar. Peter lo agarró, soltando un suspiro, debía habérselo imaginado, era más, se lo llevaba imaginando desde que vio aquel otro collar ¿cómo iba a competir con toda la plata del otro tarado?
Entonces Lali llevó sus manos detrás de su cuello, y se quitó el otro collar y lo guardó en el bolsillo. Después se giró, quedándose de espaldas a Peter, y se apartó el pelo echándolo hacia un lado.
Peter, que ya iba a guardar el collar, cuando vio lo que hacía Lali. La miró atónito, observando cada movimiento. Se mordió el labio sin poder evitar sonreír, dando un pasito hacia ella. Le puso el collar, y tras abrocharlo, dejó un beso en su cuello.

-Qué linda que sos –sonrió abrazándola –pero no hace falta que te lo pongas, La. Enserio, lo entiendo, como también entiendo que no puedo darte ni la mitad que él y…

Tuvo que callarse, cuando ella dejó un beso sobre sus labios

-Es hermoso, al igual que vos –sonrió flojito, llevando la vista a sus ojos –Y vos me conocés, y me da igual la plata, porque ni toda la plata del mundo puede comprar el momento que tuvimos, ni pueden igualar a todo lo que sentí en ese beso, y ningún collar por caro que sea, va a significar para mí lo que esta llavecita –sonrió rozando su nariz con la suya

Peter se mordió el labio al escucharla, si se creía que aun no podía volverlo más loco, se equivocaba. Ni pudo responder, simplemente la giró con cierta rapidez, con necesidad por volver a tomar sus labios, por besarlos.

-La llave de mi corazón –sonrió con ternura y algo de diversión, en medio de aquel beso, volviendo a perderse una vez más en su boca.

10 comentarios:

  1. Aaay me encanto!! Para mi el mejor cap de momento ya veremos lo k se viene ahora jeje
    sos una genia :)

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  2. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH me encaaaaaannnnnnntaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa más tiernooooooooos imposibleeeeeeeee! masssss noveeeeeeeeeeeeeeeee ♥

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  3. HERMOSA SUBI MAS LINDA

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  4. Nooooooooooooooooooooooooo me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaan jagdjslkfhudujflasfhdjdjkgdlghjfkllsjdjfgjkskldgkghkk
    Subiiiiiiiiiiiiiiiiii maaaaaaaaaaaaaaaaas!

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  5. soy nueva lectora y tu nove me encantaaa
    maaaaas
    @catelanzani

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  6. MMMMMMMMMMMMMMMMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS

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  7. Hermosaaaaaaaaaaa me encantaa!
    Subí el 14 porfavoooor!

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  8. EL MEJOR HASTA AHORA LO AMEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!

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  9. (LLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL)

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