Capítulo 30

GRACIAS por todas las firmas, las visitas, los comentarios! Me alegro de que os guste, fue algo que nunca pensé cuando empecé a escribirla, es más ni pensaba publicarla!

Me voy de viaje hasta el día 2 de Julio, así que dejo un BUEN cap y larguito. No sé si dejarla ahí, con ese final y subir un epílogo, o cambiarle el final y continuarla! Espero vuestra opinión, si queréis que quede ahí o siga, ya cuando el día 2 vuelva ya veo!

Un beso, Gracias y espero que os guste!

En el cuarto de las chicas, todas se arreglaban con prisas, lo normal un viernes a la noche. Lali se encontraba sentada en su cama a lo indio, pintándose los ojos con una mano y con la otra sujetaba el espejito. Candela se tiró a su lado, ya arreglada, mirándola.

-Las chicas quieren ir con los chicos a la inauguración de la Rouge

Lali la miró sin entender el tono bajón de sus palabras

-¿Y?

-Y… es la inauguración del boliche del tío de Benja y…

-Y no quieren que vayan Peter y los chicos

Mientras en el cuarto de los chicos, Peter salió de la ducha únicamente con una toalla reliada en la cintura, en una cama estaba tirado Nico, a los besos con Euge, y en la otra Pablo, boludeando con el celular.

Nico se separó al ver salir a Peter, y le tiró un cojín a la par que soltaba un silbido, cargándole. El morocho se echó a reír y le devolvió el coginazo.

-Che, don Juan, los chicos quieren que salgamos esta noche con ellos

-¿Los chicos?

-Si, lo otros, ya sabés

-Si, Agustín

-Y los chicos; no tenés porqué prestarles atención y… -encogió los hombros como si nada –estamos todos divididos por ustedes, por un día que estemos todos

Un rato después, todos los chicos amigos de Peter, tanto de un grupo como del otro se encontraban en la sala común, unos jugando al pull, otros tirados en el sofá viendo la tele. Nico y Euge apoyados en la pared a los besos. Peter estaba sentado en el respaldo del sofá, dándole la espalda a la tele, hablando con Luca y Gastón entre algunas risas, cuando otro grupo, muy distintos, muy arreglados, y tan perfumados que se olía desde lejos entró por la puerta.

Un silencio se adueñó de la sala, y como si de una película del oeste se tratase  ambos grupos cruzaron las miradas, fulminantes, como si con estas se disparasen unos a otros y una pequeña línea los dividiese, una invisible. Una línea que Lali Espósito no dudó en saltar, y correr hasta lanzarse encima de Peter, su novio, al que ya no tenía problemas en besar en público.

-¡Mi amor! –exclamó poniéndose de puntillas y pasando sus manos por su cuello para besarle

Peter sonrió, pasando los brazos por su espalda, y sin importarles se el centro de atención de ambos grupos, y de más de un comentarios

-Hola chiquita, hola, te extrañé –murmuró a medida que le daba un beso tras otro sobre sus labios.

Entonces Lali se separó y saludó con la manito y algunas sonrisas a las personas que según ella se merecía, al resto ni se molestó en mirarles. Del mismo modo, Peter alzó la cabeza dedicándoles una sonrisa a las amigas de su novia, a aquellas que cuando estaban con los chicos de ‘su grupo’ eran irreconocibles.

Peter volvió a centrar su atención en Lali, y esta delizó los deditos por su pelo.

-¿Todo bien?

-¿Y vos? ¿todo bien? –preguntó después de asentir -¿dónde vas tan linda? –sonrió comprador

-mmm… -se mordió el labio dudando un instante. Llevó la vista a su grupo, que todos parecían estar esperándola a ella –Las chicas quieren ir a la inauguración de La Rouge; ¿no te importa que vaya con ellas?

Peter se mordió el labio, haciendo como el que pensaba mientras miraba a los amigos de Lali, y mostrando una sonrisa negó antes de besarla

-Anda, y pasatelo bien, yo saldré con los chicos –sonrió pasándole un mechón de pelo que le caía por la mejilla por detrás de la oreja –Si pasa algo, necesitás algo, o simplemente me extrañás, llamame –le guiñó un ojo soltando una risita dándole un beso en la nariz

-Te llamaré entonces seguro –murmuró ella divertida, entrecerrando los ojos al sentir su beso

-A ver, dejame verte bien –comentó agarrando su mano y dándole una vueltecita, mordiéndose el labio y negando con la cabeza -¿Por qué me hacés esto? ¿por qué tan corta? –preguntó en un tono dramático y divertido a la vez

Lali soltó una risita y se enganchó a su cuello abrazándole con fuerza. Peter sonrió, y se inclinó hacia delante para abrazarla mejor, alzándola un poco en el aire; entonces su mirada se cruzó con la de su no querido amigo, Benjamín. Le guiñó un ojo, y escuchó como este llamaba a Lali para meterle prisa. Rió, negando con la cabeza.

Lali se separó a regañadientes, y le dio un gran beso antes de pegar una carrerita hasta volver a su grupo.

Peter la observó desde el sofá, viendo como uno a uno iban saliendo, y que cuando Lali iba a salir, Benjamín apoyó la mano en su espaldas.

-¡La! –exclamó, sonriendo cuando esta se giró –Te amo –gritó a lo lejos

Esta sonrió ampliamente, y zafando de la mano de rubio, volvió a correr lanzándose en los brazos de Peter, besándole como si fuese el último beso, que duró más de lo esperado.

Cuando finalmente la vio marchar, Pablo se acercó a él

-Preguntan los chicos que a dónde vamos esta noche

Peter sonrió de lado, aun mirando hacia la puerta

-Deciles que vamos a una inauguración, que se pongan los mejores trapos que tenga. La Rouge nos espera

La música podía escucharse desde fuera, aquellos grandes focos de tonos rosados y violetas iluminaban la calle; la cola daba vuelta a todo el edificio.

-Sigo diciendo que no es buena idea –comentó Pablo, mientras se pasaban de una azotea a la otra

-¿A qué le tenés miedo? –le cargó Peter, contando que habían pasado todos, y encaminándose a las escaleras. Así de fácil había sido

Por supuesto el resto de los chicos lo veían como el plan más grosso de la historia, colarse en la inauguración de la que iba a ser la discoteca del año, la fiesta de año. No era nada nuevo para ninguno, así que no había problema alguno.

Tal y como entraron el grupo empezó a esparcirse, alguno dando más el cante que otros, por no decir que lo daban demasiado. Las chicas comenzaron a bailar, y para cuando quiso darse cuenta, Peter ya estaba cautivo entre dos de las amigas de Mélodi, una por adelante y una por atrás, le perreaban como si se les fuese la vida en ello. ¡Dios las cría y ellas se juntan! Peter se mordió el labio con dramatismo, e intentó zafar de ellas como pudo

-Quien te ha visto y quien te ve, hermano –comentó Nico, agarrando de forma posesiva a Euge por la cintura; cargándole y riéndose

Y sí, tenía razón, esa escena un mes atrás habría terminado en los servicios del boliche; mientras que ahora, su mirada estaba ocupada inspeccionando chica por chica de las que le pasaban por delante

-¿Seguro que están acá?

-Segurísimo –comentó seguro, notando la sonrisa que aparecía en su boca cuando al fondo, pudo divisar a algunas de las chicas, amigas de Lali –Dale, vamos

A pesar de que la gran mayoría del grupo estaba ya disperso, algunos quedaban, y fue con estos con los que se acercó.

Con la mirada buscó entre todas ellas a Lali, pero sin dar con ella, hasta que finalmente, la vió.

Arrugó la frente, no mostrando cara de mucho amigos al ver a su novia, agarrada así, o más bien siendo agarrada así, y bailando de aquella forma con el mono de Benjamín

-¿No se rinde nunca este tipo? –preguntó en alto, aunque encontrándose solo; ya cada uno andaba a la suya

Negó con la cabeza, y tomó aire, contando hasta tres antes de soltarlo y caminar en dirección a ellos. En un movimiento rápido, tiró de la cintura de Lali hacia él

-Cambio de parejas –le guiñó un ojo a Benjamín, con una sonrisa falsa, antes de abrazarla por la cintura por atrás

-¿Qué hacés acá, pela? –preguntó Lali, sorprendida, demasiado shockeada por lo rápido que había pasado todo

-No te alegrés tanto de verme, te puede dar algo con tanta efusividad –la cargó soltando una risita antes de dejar un beso en su cuello –Solo quise darte una sorpresa… ¡Sorpresa! –bromeó, dejando ver una de sus sonrisas, a medida que comenzaba a bailar con ella

Lali soltó una risita, y negó con la cabeza, ¿para qué decir nada? Tampoco le iba a servir de mucho en aquel momento, y tampoco podía negar que le gustaba el cambio; no había color.

Con una sonrisa en sus labios, se echó hacia atrás, dejándose caer en su pecho, y apoyando su cabeza entre su hombro y su pecho. Las manos de él se aferraron más sobre su cintura, pegándola lo máximo posible contra él, y moviendo todo su cuerpo, en especial las caderas a aquel ritmo de reggetón

-Estás hermosa, ¿te dije?

-No –negó con una sonrisa divertida –No escuché nada, yo

-¿A no? Entonces, tampoco te dije eso te ¿te amo?

-Tampoco –volvió a negar, soltando una pequeña risita

-¿Cómo no? –comentó divertido, dejando un par de besos en su cuello, en forma de cosquillas, haciéndola reír y encogerse

-Pará, pará –gritó entre risas

-Te amo, te amor, te amo –murmuró en medio de aquellos besos por su cuello y de algunas risitas, antes de separarse de ella y alzando su mano con la suya le dio una vueltecita –Y estás hermosa, sos la más linda –sonrió pegándola contra él, esta vez de frente, besando sus labios

Pero el beso duró menos de lo que ambos esperaban, Lali sintió que alguien la agarraba de los hombros y tiraba de ella hacia atrás. Entonces se giró para ver a Benjamín con aquella cara de sacado, y de borracho que llevaba, con una expresión en su cara que le hacía parecer un poco. Vió como este empujaba a Peter, y le daba un puñetazo en el lóbulo, que le hizo caer de espaldas. Escuchó el grito de Lali, pero antes de que esta pudiese avanzar, este la agarró

-Salí de acá, y no te…y no te volvás a acercar a ella ¿entendiste? –comenzó a gritar entre balbuceos, pareciendo un alcohólico, casi sin entendérsele nada. Agarrando a Lali, y pasándole un brazo por el cuello.

-¿Qué decís? ¿Estás loco? Soltame –gritó Lali, tirando se su brazo para zafar de él

Peter arrugó la frente, y su expresión empezó a tornarse a una mucho peor. Se levantó a medida que se pasaba la mano por el ojo con una mueca de dolor

-Soltala

-Soltala –le remeó en un tono burlón -¿Y si no qué? ¿qué me vas a hacer? ¿me vas a amenazar como siempre? –soltó una risa burlona –Perro que ladra no muerde, Lanzani,  y a vos te queda mucho para morder bien este caramelito –dicho esto besó a Lali a la fuerza

Lali apretó los ojos, con una muestra de asco y repulsión en su cara, con las lágrimas saltadas, como si le acabase de dar un bocado a una cebolla podrida y asquerosa. Intentó zafar, pero para cuando se quiso dar cuenta, sin saber como pasó, abrió los ojos y Benjamín estaba tirado en el suelo, y Peter encima dejándole la cara como una tortita a puñetazos.

La gente se puso alrededor, y comenzaron a gritar y armar bulla; de repente a Lali le vino aquel recuerdo de la feria, en la que si no hubiese sido por los guardias, habría matado allí mismo a Agustín, y que jamás había sentido tanto miedo en su vida, como cuando lo vio así

-Peter pará! –gritó desde atrás, tirando de sus hombros –dejalo, pará por favor –se abrazó a su cuello, llorando –por favor, mi amor pará, pará

Peter, como si se hubiese despertado de pronto de un trance, dejó el último puñetazo en el suelo, y observó la cara de Benjamín, casi inconsciente, totalmente ensangrentada y desfigurada.

-Volvé a acercarte a ella, y te juro que te mato –le amenazó con seriedad

Se giró, y entonces la miró a ella, abrazada a él llorando. Se mordió el labio, y se incorporó; a pesar de eso ella no le soltó. Él acarició su pelo, y abrió la boca para hablar

-¿Qué a pasado aquí? –se escuchó una voz

Lali, únicamente separó su cara de él, para mirar a los enormes porteros. La gente miraba a ambos en silencio. Subió la vista a Peter un instante, y después volvió a mirarles a ellos

-Fue él, está demasiado bebido, será mejor que lo saquen –murmuró con la voz entre cortada, secándose las lágrimas que corrían por su mejilla

Cuando los seguratas, levantadon a Benjamín y lo agarraron, este miró a Peter riéndose, de forma burlona

-Nah, no sabés lo bien que sabe –comentó entre risas, mientras tiraban de él hacia fuera

De pronto fue como si el chip se le volviese a cruzar a Peter, y se lanzó de nuevo contra él, con los ojos desorbitados, y la respiración entre cortada; con una única idea de nuevo en mente, cumplir su amenaza.

Lali se puso en medio con rapidez, y apoyó sus manitas en su pecho; aunque lo único que consiguió fue que la desplazase cuando este intentó avanzar

-No le des bola, mi amor, mirame, mirame a mi –le gritó agarrándole la cara para que la mirase –dejalo, por favor –susurró cuando al fin captó su atención

Peter suspiró, y asintió antes de abrazarla.

-Flor de piñas le pegaste –comenzó Nico, con Euge sentada encima, en los asientos de aquel reservado –Recordame Petiza que ni te mire para saludarte –bromeó riendo

-Dejá las pavadas, no es el momento, bonito –comentó Euge, en forma de reto, aunque acompañada de una caricia

Lali sonrió, aunque sin muchas ganas, antes de volver a centrar la vista en Peter. Sentado alado de Nico, en aquellos cómodos sofás de color rojo, con ella sobre sus rodillas abrazándole. Peter deslizó las manitas, y la abrazó con algo más de fuerza contra él. Con la mirada perdida, o más bien, clavada en ella.

-¿Estás mejor? –preguntó Lali, mientras deslizaba una y otra vez su dedito por el bulto que ahora tenía dónde le había dado el puñetazo. Él asintió, y ella dejó un beso sobre este mismo sitio

-Te amo –murmuró rozando sus labios con los de ella –y perdoname por joderte así la noche

-Vos no jodiste nada

-¿Qué no? ¿le viste la cara al rubio? –interrumpió Nico, aunque fue fulminado por las tres miradas -¿Cada vez que diga algo van a ponerse así? ¡Si se lo merecía!

-Nah, y no sabés las ganas que tenía de eso, se la llevaba buscando desde hacía demasiado –comentó Peter, más metido en tema, siguiéndole el royo a su amigo

-No me gusta verte así –susurró Lali, apoyando la cara sobre su hombro, y dándole pequeños besitos en el cuello

Peter salió totalmente de tema, y centró de nuevo su vista en ella, dejando un beso sobre su mejilla, seguido de una caricia

-Son peor que una piscina de algodón de azucar ¿eh?

-Podrías aprender vos un poco –comentó Euge, dándole con la mano en el pelo para que dejase de mirar los mimos que se hacían los otros

-¿Vos también querés mimitos, bonita? –sonrió seductor, comenzando a llenarle la boca de besos

Lali y Peter observaron la escena, abrazados y acurrucados, y ambos rieron a la vez

-No te sale imitarle, Nicolás, rendite –le gritó Lali sacándole la lengua antes de reír

-Nah, ¿qué te hacés vos? Yo puedo ser más tierno, más romántico, y más fachero que tu novia

-¿Qué? Mirá si vos vas a ser más fachero que yo –exclamó Peter, centrándose en ese puntito como si fuese el más importante, soltando una risota burlona

-Nah, y dejame dudar a mi eso de tierno y romántico –comentó Euge, riendose también –Perdoname bonito, pero es así. Vos sos muy pasional, pero tenés cero tacto

-¿Se pusieron en complot en mi contra, no? –negó con la cabeza con bastante dramatismo

-Pasa que mi pela es único –murmuró finalmente Lali, deslizando sus deditos por la cara de Peter, dejando ver una sonrisa más que tierna cuando sus miradas se encontraron

-Vos sos única, por eso te amo tanto –murmuró, dejando finalmente un beso sobre sus labios

-¿Vos sos única? ¿por eso te amo tanto? –repitió rico, con la mirada clavada en el beso, antes de mirar a Euge -¿si te digo eso también me vas a mimar y besar así? –sonrió con inocencia

-Y…probá, igual ahora ya no te sirve –negó, haciendose la ofendida, pero terminando por sonreír y besándole al fín.

La noche fue transcurriendo, y los cuatro amigos siguieron ahí sentados, entre bromas, risas, besos y mimos entre parejas, alguna que otra discusión y celos.

Lali hablaba con Euge de sus temas, mientras los chicos hablaban de los suyos

-Buéh, mirá aquellas dos; no te están lanzando la caña, te tiraron todas las redes –comentó Nico, llamando la atención de todos –Ojo vos, petiza

Tanto Peter como Euge le dieron a  Nico, cada uno por un lado, y Lali rió acomodándose sobre su novio, que la tenía ya en brazos como si fuese un bebé. Le dio un beso en el cuello, cuando se fijó a dónde se dirigía su mirada, después de la reprimenda a Nico, y fue ella la que le dio. Pero en toda la cara, deslizando su mano por esta como si le fuese a sacar una máscara o algo; tirando de esta para abajo para que la mirada

-Acá –señaló sus ojos con dos deditos –dejate de mirar tanto vos –comentó seria aun sin soltarle la cara

-Dejalo que mire, mirar es gratis –comentó Nico de fondo, y Peter asintió mirándola como si fuese obvio dándole la razón a su amigos. Pero al ver la cara de la morocha, no tardó mucho en reír, y dejar un beso sobre sus labios

-Solo tengo ojos para vos; podrían ponerse a bailar arriba de la barra, desnudas que seguirían sin existir

-No es justo que seas así, es jugar sucio –se mordió el labio con ternura, y é la abrazó más contra él –si te ponés así de tierno no puedo ni enojarme

Peter soltó una risita por la protesta de lali, y como mostró unos pucheros al final, que le tentaron demasiado a besarla

-Y vos no podés ser tan linda, tan hermosa, tan tierna, y tan todo –exclamó dándole un beso tras otro –No es justo que no te ame tanto, que seas lo que más amo en el mundo, no es justo que no pueda dejar de besarte, de abrazarte y de decirte lo mucho que te amo ¡eso sí que no es justo!

Lali sonrió ampliamente, lo que sí que no era justo era que le dijese todo aquello, no existía nada más hermoso que aquello para contestarle, y menos existían palabras en el mundo para expresar aquello que sentía, tanto amor era imposible expresar con simples palabras. Por eso sus labios, servían de ayuda, en sus besos reflejaba todo aquello que sentía, todo lo que lo necesitaba y todo lo que lo amaba

-Che, parejita –interrumpió Nico –¿No creen que va llegando la hora del fin?

Peter se separó de los labios de Lali a regañadientes, y le miró apoyando su carita de lado sobre la de ella para mirarle

-Podemos seguirla igual allá ¿no? –encogió los hombros, levantándose -¿una pelis? ¿Palomitas?

-¿Dormís con migo? –continuó con la listita Peter, mirando a Lali –Solo dormir –recalcó el solo, y sonrió. Lali asintió con la cabeza, y él dejó un beso sobre sus labios antes de levantarse.

Se acomodó la ropa, y cuando iba a salir con Nico, para ir a buscar el auto mientras ellas recogían todo del guardarropa, algo le hizo volver. Agarró a Lali desde atrás.

-Te amo, sos lo más importante que me pasó en la vida, y te voy a amar por siempre, pase lo que pase –sonrió dejando un beso en su cuello –nunca lo olvidés, mi amor

Lali y Euge estaban en la cola del guardarropa, cuando se escuchó como unas ruedas derrapaban, después el chirrío, un fuerte frenazo y un enorme estruendo de un golpe que hizo que muchas personas gritasen y muchas otras se encogiesen. Lali sintió un fuerte pinchazo en el pecho, y se echó a correr.

La gente salía con rapidez del boliche. Cuando Lali salió, había hubo por todas partes, y fuego, y una bulla de gente enorme. Miró la bulla, y se abrió paso entre ella, su corazón se aceleró al ver aquel auto estampado, echando humo y en llamas, y aquellos pies asomando por abajo del auto;  y su pecho encogido, podía notar como sus ojos comenzaban a inundarse y las lágrimas corrían por su mejilla.

No podía ser, no