Capítulo 29

Mañana me voy de viaje, así que este es el penúltimo capítulo! Mañana dejare un final alternativo, y dependiendo de los comentarios si queréis que la siga o la corte ahí pues ya veo cuando vuelva!

Gracias por las firmas, y me alegro de que os guste! Vuelvo el día 2 así que desde mañana hasta entonces espero vuestras opiniones! Un besoo y espero que os guste
Si hay firmas, subo en un rato el 30!

La ventana se abrió, y Lali se despertó sobresaltada. Llevaba casi todo el día durmiendo en el hospital, a base de calmantes. Miró a Peter, que la observaba desde la ventana y entraba con cuidado. Echó un vistazo a su cuarto, sin recordar del todo como había acabado allá. Lo último que recordaba era el ascensor, y ahora estaba en casa. Volvió a clavar la vista en el morocho al que a penas veía por la oscuridad.

Peter se agachó alado de la cama, y deslizó su brazo hasta conseguir acariciarle la mejilla. Desde que los habían sacado del ascensor, casi inconscientes y sin aire, por más que había intentado entrar a verla había sido imposible; lo único que había conseguido, después de varias peleas y amenazas de casi toda la familia de Lali, fue que lo echasen a la fuerza del hospital. Esperó que todos se durmiesen para entonces, sí, entrar por la ventana.

Lali entrecerró los ojos al sentir el roce cálido de sus dedos deslizándose por su mejilla, hasta que llevó su manita a esta, agarrándola. Peter movió su mano y agarró la de ella, llevándosela hasta sus labios para dejar un beso sobre esta.

-¿Estás bien? –susurró acariciando su mano con su otra mano

Lali asintió y bajó la mirada a medida que recordaba todo lo sucedido en el ascensor. Jamás, en su vida, había sentido tanta vergüenza como en aquel momento.

-¿Qué hacés acá? –preguntó con la voz ronca, y bajita, algo afónica después de tantos gritos, y también por el hecho de estar recién levantada

Peter entornó una sonrisa de lado, con su mirada fija en su mano

-Vine a ver como estaba mi novia, a ver si necesitaba algo –subió la vista a sus ojos –a dormir con ella, solo dormir, abrazarla con fuerza y mimarla, porque sé que está mal. Obvio, si ella me deja

Sonrió flojito, y asintió con la cabeza. Entonces, arrugó la frente, en forma de confusión

-Y, ¿por qué por la ventana?

-Y…decí que no soy muy bienvenido en tu casa –vio como Lali asentía con la cabeza, al parecer nada sorprendida con aquello –Pero digan lo que digan, hasta que vos no quieras que me vaya no me pienso ir, por más que me tengan que echar

-Estás loco –sonrió flojito, con algo de diversión

-Por vos –sonrió y se acercó hasta dejar un beso sobre sus labios

Lali sonrió, cerrando los ojos al sentir aquel beso, abrazándose a su cuello cuando este quiso separarse.

Peter soltó una pequeña risa, cuando notó el impedimento cuando se quiso separa. Apoyó una mano a cada lado de ella, y la miró con aquella poca distancia

-¿Seguro que estás bien?

Lali asintió con la cabeza, y tiró con sus brazos más de él, para abrazarle. Peter sonrió, y se terminó por rendir, dejándose caer sobre ella en aquella especie de abrazo

-Me asusté mucho cuando te vi así, La –susurró al cabo del tiempo, moviéndose hasta terminar por subirse a la cama. Tumbándose de costado, la abrazó de lado, mirándola frente a frente

-Perdoname –bajó la mirada

-Por… -continuó haciéndose el boludo, mientras la abrazaba con un brazo, y con la mano libre acariciaba su cara

-Ya sabés

Peter suspiró, y la abrazó más contra él, dejando un beso sobre su cabeza.

-¿Sabés que tenemos que hablar, no?

Lali asintió, y hundió la cara en su pecho, prefiriendo ni mirarle.

Peter dejó un largo silencio. Eran muchas las dudas que le daban vueltas por la cabeza, mucho para decir, pero no era fácil, y tampoco estaba seguro qué preguntar, o más bien sí, pero no estaba tan seguro de cual sería la reacción de la morocha.

-Primero quiero aclararte algo; mirame –llevó la manita a su cara, subiéndola –Jamás, en mi vida, me importó una chica como me importás vos, y nunca, oime bien, nunca haría nada que te lastimase; ¡me mato antes de que vos sufras! –se mordió el labio apartando la mirada, pensando de nuevo bien sus palabras –Segundo, vos sos la única, y por más chicas con las que esté, me ría o hable, eso no va a cambiar, porque ninguna existe, así que no tenés ningún motivo para ponerte celosa o ponerte mal, porque no te voy a engañar con nadie, si estoy con vos es por algo, y si quisiera estar con vos y con más chicas nunca te habría pedido que fueses mi novia –bajó la vista hasta ella, dándole un beso, abriendo la boca para hablar, pero negando.

-Me querés contar vos a qué vino lo del ascensor

Lali le miró, y se mordió el labio

-Pasa que, yo no, y vos y…-balbuceó negando con la cabeza- Me asusté, estás embalado, recien meto primera y vos ya andás por la quita –arrugó la frente -¿Me entendiste?

-¿Qué fui muy rápido?

Lali asintió. Se separó un poco de ella, mirando a otro lado, hasta que finalmente se incorporó, apoyándose contra el respaldo, y estirando las piernas. Lali subió la vista, y se mordió el labio, casi imaginándose por dónde iba a tornar el tema. También se incorporó y se sentó a su lado.

-La, vos… ¿vos nunca? –se mordió el labio mirándola

Lali bajó la mirada y negó con la cabeza. Peter suspiró, echando la cabeza hacia atrás dándose un golpe. Ahora confirmaba lo que llevaba sospechando bastante tiempo, y no podía sentirse más tarado. Tras varios segundos de silencio, llevó sus manos hasta su cara, haciendo que esta le mirase

-¿Por qué no me dijiste nada?

Lali encogió los hombros, y volvió a bajar la mirada, avergonzada; a pesar de que le sujetase la cara.

Peter se mordió el labio por un ladito, y bajó su cara, deslizando su nariz y sus labios por su cara, en forma de caricias.

-Ei, que está todo bien enana –susurró buscando con sus labios los suyos hasta dejar un beso sobre estos

Lali arrugó la frente, podía haberse esperado muchas reacciones, pero no justo aquella, y justo de él

-¿Sí? –murmuró subiendo la vista hasta encontrarse con sus ojos verdes

Peter asintió mientras acariciaba su cara con sus pulgares, mostrando una pequeña sonrisa

-¿No me vas a dejar  de querer?

Peter arqueó las cejas, y apretó los labios para no dejar salir la risa que casi sale y que ahogó en un nuevo beso, dejando más que colgada y desorientada a la morocha

-Hace que te quiera más aun –murmuró sobre sus labios

Lali abrió los ojos, pero para cuando quiso hablar ya estaba besándola de nuevo. Volvió a cerrar los ojos, moviendo sus labios con lentitud y delicadeza sobre los suyos. No entendía nada, pero tan poco quería entender; se sentía como si le hubiesen quitado un gran peso de encima, como si todo aquel nudo que tenía dentro se soltase de golpe, y un cosquilleo recorriese todo su cuerpo. Deslizó las manitas por su cuello, abrazándole en medio de aquel beso. Él llevó sus manitas por su espalda, deslizándolas con cuidado, dejándose caer de nuevo, poco a poco hasta que quedó de nuevo tumbado, algo encima de ella.

Por un momento, Lali olvidó todo, no solo lo que habían hablado, si no dónde estaban y en qué estaban. Estaba totalmente perdida en su boca, sus manos se deslizaban por su pecho, y sentía esa seguridad que nunca había sentido hasta ahora.

Pero entonces, sintió como él se separaba. Le miró, con confusión sin entender porqué se terminaba ya.

-Sos una tarada

-¿Qué? –preguntó sin entender nada

-Deberías haberlo dicho, deberías confiar en mí, tarada –volvió a repetirlo, mostrando una sonrisa y dejando un paso sobre sus labios

-Me daba miedo

-¿Miedo de qué?

-Pensé qué… vos sos…y Nico

-Haceme un favor, ¡No volvás a escuchar a Nicolás! Nunca más en tu vida ¿si? –Espero a que asintiese para volver a robarle otro beso –Si lo hubiese sabido no me habría lanzado así, no te habría apurado así; ¡no soy así, yo, La!

Lali sonrió y asintió con la cabeza, hasta que su sonrisa se borró al escucharle seguir

-Pero, pasa que yo no me veo capaz de…ya sabés, y vos no me vas a esperar siempre, y yo intenté pero…

-Dejá de pensar tanto ¿si? No estoy con vos solo por tener sexo –aclaró de forma algo brusca, haciendo una mueca después –Lo que quiero decir Lali, es que no me importa, yo te quiero a vos, y estoy feliz estando así con vos, y no me importa cuanto te tenga que esperar, días, meses, años…no me importa, te voy a esperar hasta que estés al cien por cien segura y preparada; y no voy a insistir. Te lo prometo

Lali se mordió el labio con ternura; ahora la que se sentía una idiota era ella por haberse comportado así, y ahora sí se sentía totalmente segura.

-Te quiero –murmuró llevando sus labio hasta los suyos –mucho, mucho mucho –comentó con diversión dandole varios besos entre palabra y palabra

-Y yo también te… -no pudo seguir cuando la morocha volvió a besarle de esa forma

Acabó tirándole hacia atrás, y echándose encima de él besándole, hasta que él la empujó, cortándola de nuevo.

-Eh, pará –comentó divertido –tampoco soy de piedra yo –bromeó robándole un beso

Lali sonrió, y se echó sobre su pecho abrazándole. Él pasó los brazos por su espalda y la abrazó.

Ella comenzó a deslizar los deditos por su pecho, haciendo siluetas, dejando un nuevo silencio

-¿Cómo fue tu primera vez? –murmuró sin ni siquiera mirarle

-¿Hace falta que hablemos de eso? –preguntó arrugando la frente; levantando un poco la cabeza para mirarla. Pero no obtuvo respuesta. Suspiró –No quiero hablar de eso, La, fue hace mucho, y fue solo sexo, no tuvo nada de especial, ni fue lindo, ni nada; es más, creo que fue la peor de todas –hizo una mueca, negando la cabeza –Tampoco creo que vos quieras escuchar hablar de eso; no pensés en eso, olvidalo. Con vos va a ser todo distinto, bah, ya es todo distinto

Los minutos fueron pasando, mientras él la abrazaba y acariciaba su pelo, notaba como sus ojos se comenzaron a cerrar a causa de aquellos ‘dibujitos’ que estaba haciéndole ella en el pecho.

-Pela…-rompió el silencio al fin

-¿Si? –preguntó ya casi más dormido que despierto

-Lo que me dijiste en el ascensor…-murmuró insegura, girando la cara para mirarle

-¿Qué nunca te haría nada? –preguntó dudoso

-No, lo otro

-¿Qué, te amo? –sonrió

Lali asintió, mirándole a los ojos

-¿Es verdad?

-¿El qué? –bromeó

-¿Me amás?

Peter se mordió el labio por un ladito, haciéndose el que pensaba, pero una sonrisa se escapó por un lado, delatándole

-Mas que a nada en el mundo –susurró besándole los labios

La mañana no tardó mucho en llegar, y los rayos sobre la cara de Peter Lanzani, hicieron que muy a su pesar, terminase por abrir los ojos. Con cierta confusión miró a los lados, hasta que recordó que había pasado anoche. Entonces sonrió, y bajó la vista hasta encontrarse con Lali durmiendo sobre su pecho, abrazada a él. Se movió un poco, y dejó con cuidado un beso sobre su frente.

Lali, que ya llevaba un tiempo más despierta que dormida, solo que negándose a despertar, a abrir los ojos; sonrió sin poder evitarlo a sentir aquel beso. Entreabrió los ojos, y lo primero que vio fueron sus profundos ojos verdes, brillantes y húmedos.

-Buenos días, mi amor –susurró Peter, en un tono tan bajo que si no fuese por la poca distancia que había entre ellos, habría sido imposible de escuchar. Seguido, acercó sus labios sobre los de ella, y depositó ahí un beso, lleno de ternura y de amor.

-¿Mi amor?

Peter asintió, aunque su sonrisa se fue tornando, algo dudoso por sus palabras

-¿Es muy pronto todavía?

Pero Lali negó, dejando ver una sonrisa aun mayor sobre sus labios

-Es perfecto –sonrió siendo ella la que cortase esa vez la distancia, en un beso de verdad.

Lali caminó con su amiga Cande por los jardines del instituto, en dirección al patio, mientras le contaba con detalles qué había pasado

-Nah, ¿mi amor? –exclamó Candela llevándose las manos a la boca -¿Puede ser más tierno? –exclamó de nuevo con más efusividad que si le pasase a ella soltando algún pequeño gritito

Lali comenzó a reírse, parando cuando llegaron al patio y fijándose en los chicos jugando al futbol; aunque más bien se fijaba en solo un jugador, mientras una sonrisa inconsciente se dibujaba en su cara.

-¿A qué esperás?

Lali arrugó la frente mirando a su amiga, que tenía las palmas de la mano señalando hacia la pista, con una sonrisa pícara en sus labios. Tardó unos segundos en entenderla, y cuando lo hizo sonrió y asintió.

Salió corriendo en dirección a la pista, metiéndose corriendo por en medio de todos los jugadores, y cuando llegó a su destino se lanzó sobre él. Sus brazos rodearon su cuello al igual que sus piernas su cintura, y su boca se afrerró a la suya con un beso que jamás hubiese creído que pudiese salir de ella.

Peter, sin esperar nada, casi se cayó de espaldas cuando se le tiró así, si no fuese porque tenía la pared detrás se habrían dado una buena. Con una mano se apoyó en la pared, y la otra de forma instintiva fue a parar a la parte baja de su espalda. Tardó lo suyo en reaccionar a aquel beso, pero sin costarle mucho perderse en un boca.

Ninguno de los dos escuchó los gritos, silbidos, y sobre todo, protestas del resto de jugadores.

-Pará, pará, La, ¿y esto? nos está viendo todo el mundo –murmuró en medio de aquel beso, con una enorme sonrisa, entre algunas risas, hablando como podía, pues la morocha no dejaba de besarle

-Te amo –murmuró mirándole y dejando un último beso sobre sus labios –y no me importa que se entere todo el mundo, ¡te amo! –gritó con todas sus fuerzas riendo después antes de sellar aquello de la mejor forma que ambos sabían, un beso.