Capítulo 40

Perdón por no poder subir, estoy con visita en casa y no tengo tiempo de ponerme a escribir! 

Hasta el domingo o lunes no podré volver a pasar, así que os dejo un buen final, y aseguro que el próximo cap merecerá la pena la espera!! Besooos y gracias por las firmas!!! @Laliter_Resiste

Peter agarró un libro de la estantería de la biblioteca; llevaba todo el día con la sensación de estar siendo observado. Miró a un lado, y con rapidez al otro. Arrugó la frente, dejando el libro en su sitio y apoyándose de lado en la estantería.

Se mordió el labio negando con la cabeza al verla.

-¿Qué hacés?

-¿Yo? Eh, nada, solo –rodó los ojos mirando a un lado y al otro –buscaba un libro

-¿Buscás libros corriendo de un lado para el otro de la biblioteca? –la miró como si fuese obvio, sin moverse del sitio

Lali avanzó un par de pasos hasta estar enfrente de él.

-Pasa que… yo iba…y vos…entonces –hizo gestitos con las manos, hablando sin nada de sentido y con rapidez. Solo con ver la cara del morocho pudo darse cuenta de la de pavadas que salían de su boca –Mejor me callo, o mejor callame vos

Ni siquiera pudo reaccionar, cuando la mano de la morocha se colocó en su nuca, y sus labios devoraban los de él.

Peter abrió los ojos como platos cuando esta le besó, y de aquella forma. En un primer momento colocó sus manos en sus hombros, intentando así apartarla, aunque tampoco es que estuviese haciendo mucha fuerza. Hasta que finalmente, su cuerpo cedió casi de forma automática cuando sus labios comenzaron a moverse con los suyos siguiéndole el beso. Sus ojos se cerraron y manos rodearon su cuerpo atrayéndola lo máximo posible hacia él.

Lali sonrió para sus adentros, sin detener aquel beso. Se puso de puntillas y rodeó su cuello con sus brazos.

Pero el beso duró menos de lo que a la morocha le hubiese gustado. Peter se separó poco a poco, tras un gran esfuerzo, el mayor esfuerzo de su vida parecía. Aunque Lali no se rindió, a pesar de que este se hubiese separado esta siguió llenándole de besos.

-La, pará, pará un poco –murmuró con la voz ronca, apretando los ojos intentando centrarse a pesar de de lo que la morocha hacía

Lali negó con la cabeza, pero el hecho de que este pusiese su mano en su boca la hizo volver a la realidad.

Abrió los ojos arrugando la nariz, mirándole como una nena a la que le acabase de quitar un caramelo.

Peter se mordió el labio con ternura sin poderlo evitar.

-¿La vas a cortar ya? –preguntó dudando si sacarle la mano o no, peor una vez que ella asintió, muy a regañadientes la soltó -¿Estás loca? ¿cómo vas a venir y me vas a besar así?

-Porque te amo –sonrió tierna y volvió a robarle otro beso, que lo dejó sin palabras –te amo –volvió a repetir esta vez dejando varios besos seguidos sobre sus labios notando la colgadez en la que ambos iban entrando poco a poco, como si el mundo poco a poco comenzase a desaparecer

-¿Me amás? –repitió él en medio de aquel reguero de besos, que ya de forma inconsciente iba siguiendo y dejando alguno que otro también sobre los labios de la petiza

-Te amo –asintió con más besos –más que a nada en el mundo –repitió en un susurro tan bajito que si no fuese por la distancia a la que estaban habría sido imposible de escuchar.

Ni siquiera supo en qué momento pasó, ni cuanto tiempo llevaban ahí, pero había conseguido hacer que se le olvidase todo, todo el enojo, todo lo que tenía pensado hacer en aquel día soleado, todo incluso dónde estaban. Con la racha que llevaban últimamente ni siquiera podía hacerse una idea de la última vez que estuvieron así, ni cuanto tardaría en volver a estarlo ¡No podía evitar dejarse llevar!

Ya había oscurecido, las farolas en el jardín estaban todas encendidas al igual que las luces de los pasillos. Todos los gritos y jaleo que se solía escuchar ya había decido. Era más tarde de lo que ninguno de los dos esperaba.

Sentado bajo la ventana, con ella sentada sobre sus piernas y envuelta entre sus brazos, ambos sumergidos en un río de besos y caricias. Las horas habían pasado, y desde entonces no habían querido pronunciar ni una palabra, ni media ni siquiera. No había querido romper el momento, pero ambos sabían que la hora de hablar, de sacar a la luz todo lo que había pasado llegaría tarde o temprano.

Peter llevó sus manos a la cara de la morocha, y después de dejar varios besos sobre sus labios se separó de ella. Lali pudo imaginarse que el momento estaba por llegar y negó con la cabeza, sin abrir si quiera los ojos dejó un par de besos sobre sus labios. Este soltó una pequeña risita, y echó su cabeza hacia atrás. Entonces Lali se abrazó a él, apoyando su cabeza de lado sobre su hombro dejando besos sobre su cuello.

Peter bajó la mirada, pero no tardó mucho en cerrar los ojos al sentir el cosquilleo que le recorrió todo el cuerpo al sentir sus besos. Se mordió el labio, y tomó aire, y valor para romper con aquel silencio, que probablemente rompería todo aquello con lo que llevaban toda la tarde.

-La… -murmuró abriendo los ojos, mirándola, aunque sin esperar que ella lo hiciese –No podemos hacer como si nada; lo sabés

Lali tomó aire, y tras unos segundos de silencio, separó su cabeza de su hombro, para mirar, frente a frente, con sus labios aun hinchados y sus ojos húmedos y brillantes.

-Te amo –fue lo único que se atrevió a murmurar ella

-Yo también, y lo sabés –la miró como si fuese obvio, dándole un beso en la nariz –pero lo que pasó…

-Nada –interrumpió ella

-¿Nada?

-Nada, no pasó nada, no hubo nada; nada de nada –insistió ella robándole otro beso

-¿Y Simón?

-Simón no existe más

-Pero en su casa…

-Fui para cortar con todo –volvió a interrumpir –tardé en darme cuenta, pero la otra noche lo hice

Peter llevó su mano por su cara, acariciándosela

-¿De qué?

-De todo lo que te amo, de que él es el pasado, y quiero que se quede en el pasado, vos sos mi presente, y sos lo único que quiero y que necesito

Peter sonrió sin poderlo evitar y dejó un par de besos por su cara

-Cuando fui hasta su casa fue para decirle que no lo quería ver más, que quería estar con vos, que desapareciese de nuestras vidas y no me jodiese más

Peter la miró en silencio, y ella apoyó su frente contra la de él y dejó un beso sobre sus labios

-Cuando vos nos viste…él me persiguió y me besó; pero yo no tuve nada con él, te juro que nada de nada. Nunca te haría algo así, pela. Sé que me comporté como una tarada, y que no estuve cuando más me necesitaste; pero yo confié en él, estuvo siempre conmigo, y yo salí de eso gracias a vos, solo quise ayudarle, pero me engañó –bajó la vista –perdoname, mi amor. Tenés que creerme.

-Te creo

-¿Si?

-Obvio –sonrió de lado, dejando un beso sobre sus labios, aunque su cara no dijese del todo lo mismo

-Bueh, avisale a tu cara, parece que aun no se enteró

Peter se mordió el labio con una sonrisa en el lado

-Pasa, que sí que te creo. Sé que me amás, y que no hubo nada con Simón

-¿Pero? –preguntó dejando un beso y otro por todos lados de su cara y cuello

-Pero, que se yo –encogió los hombros, mirando al frente intentando mantenerse centrado –Lo que pasó, lo que me dijiste…

Lali paró con los besos, para mirarle

-Eso de que él era lo más importante de tu vida, que los grandes momentos de tu vida fueron con él, los mejores recuerdos que tienes son con él. Él es la parte más importante de tu vida

Lali sonrió, y le besó sin previo aviso. Peter sonrió flojito y siguió aquel beso sin oponerse en absoluto; pero esta vez duró menos de lo que él quiso cuando ella se separó.

-Te equivocás

-¿Me equivoco?

-Si –asintió con la cabeza –Simón fue la parte más importante de mi vida, con él viví los momentos más importantes de mi vida –repitió, sonriendo al ver que con eso la cara del morocho no mejoraba –Pero todo eso pertenece al pasado

-¿A dónde querés llegar con todo esto enana?

-A que vos sos ahora la parte más importante de mi vida, y que desde ahora en adelante quiero que los momentos más importantes de mi vida que me queden por vivir sean con vos –sonrió tierna, de ladito, sin poder evitar al ver como sonreía él –Quiero que de aquí en adelante, los momentos más felices de mi vida sean con vos a mi lado. Viví grandes momentos con él, pero lo mejor aun no llegó, quiero casarme con vos, tener hijos con vos

-¿Estás segura? Mirá que aguantarme tanto… -bromeó dejando un beso sobre sus labios

Lali sonrió divertida, sin añadir nada, pues con el beso fue suficiente; simplemente asintió

-Y quiero hacer el amor por primera vez, con vos

Peter sonrió, y asintió con la cabeza en señal de que había captado la idea, ¿por qué le había sido tan fácil convencerle? Quizás porque la idea de estar sin ella se le hacía bastante imposible.

Fue a besarla, pero esta interpuso una mano por delante.

-Quiero hacerlo ya

-¿Ya? –preguntó arrugando la frente, como si no entendiese nada de nada

-Ya estoy lista