lunes, 7 de mayo de 2012

Capítulo 4






El profesor llegó, y la clase estaba por comenzar. Al principio del aula Lali se sentaba con Benjamín, uno de los nuevos chicos que había conocido, el cual a pesar de intentar ser lo más simpático y amable con él, no dejaba de resultarle aburrido. Mientras tanto, al final del aula, entre gritos, bolas de papel que volaban y otras pavadas más Peter tuvo que esquivar las mil preguntas de la rubia y sus amigos sobre la cheta, y más de una advertencias tipo es una de ellos, es como todos. Por suerte comenzó la clase, y pudo parar con el tema. Se sentía un tarado, el rey de los tarados, sabía que no debería haberla tratado así, que debería haber ido detrás de ella, haberle explicado, y sobre todo impedir que ahora estuviese sentada con el pelotudo con el que estaba, que desde allá atrás se veía los galgos que le estaba tirando. Estaba tan centrado en sus pensamientos, con la mirada tan ida en la parejita de adelante que ni se percató de que Pablo estaba a su lado ya sentado, y mirándole con diversión.
-Lanzale la silla, le llegará antes que la mirada penetrante ¿eh? –comentó entre risas, mientras abría el libro
-¿Eh? ¿Qué decís? No miraba nada, yo –contestó Peter, saliendo de sus pensamientos
-Ya
-¿Ya, qué?
-Nada
-¿Qué querés decir con ‘nada’?
-Pues eso, nada, no tengo nada que decirte, ¿vos tenés algo que contarme?
-Nah, no empecés vos también, no pasa nada con la cheta
-Mirá que yo no pregunté, vos solito la metiste en la conversación –alzó las manos, guiñándole un ojo –Igual, si no pasa, desde luego no va a pasar, por lo que escuché la rubia le dejó bien clarito dónde no debía meterse
-No estuvo bien ahí
-¿No estuvo bien? –le puso la mano en la frente como si tuviese fiebre, cargándole -¿Quién sos? Si sos vos el primero en tratar a esa gente mal
-Pero no a ella, no le hizo nada, no es como los otros
-¿Qué sabés vos? Nah, no me digás ¿ya cayó en las garras lanzani?
-¿Qué decís? Dejá la pavada, la conozco y punto, no cayó en ningún lado
-Ni va a caer, después de cómo la trataste
-¿Fue para tanto? No sabía como reaccionar, estaba Mel, y ella, y todos los chicos
-¿Vos viste la caripela que se le quedó? Vos mismo te escupiste el asado hermano, y es una lástima, es linda la chetita
-No le digás así –cortó tajante, señalándole con un dedo -¿Y qué linda? Con ella no ¿eh?
-¿Con ella no? ¿por qué? ¿va a ser para vos? Porque mirá que me parece que se te están adelantando –alzó las cejas, ladeando la cabeza en dirección a dónde estaba Lali con el otro rubio, entre risas y demás
Peter no contestó, simplemente fulminó a su amigo con la mirada. Acto seguido arrancó un papel, y se puso a escribir, después lo dobló, y lo mandó pasar hasta que llegase a Lali. Esta, extrañada cuando le llegó lo abrió, leyéndolo en silencio.
La, perdoname, fui un tarado…yo…mejor luego hablamos, dejame explicarte todo bien
Esperó respuesta, pero lo único que recibió fue su misma notita cortada a pedazos.
Cuando llegó el cambio de clase, no dejó de mirarla, al igual que había estado haciendo durante toda la hora, pero esta vez con más discreción, pues con él estaban Mel y los demás chicos, que al parecer aun seguían hablando del incidente con Lali antes, aunque él estaba demasiado concentrado, mirándola a ella y a su compañero con cara de pocos amigos, tan concentrado que ni escuchaba de que estaban hablando. Dentro de él lo único que deseaba era acercarse, sacar a aquel tarado de dónde él debería estar y aclararle todo, pero sabía lo que eso supondría con los chicos, y no estaba para más quilombos ahora, no con ellos.
Pasó una clase, y otra más, dos horas que se hicieron eternas, en las que no hizo más de lo que había hecho hasta ahora.
Por suerte, llegó el recreo, los chicos salieron afuera, y sabía que ese era el momento para acercarse. Salió al pasillo con los chicos, pero cuando estos salían al patio fingió que se le había olvidado algo en clase y volvió. Vaciló un instante desde la puerta, aun seguía ahí con el otro
-¿Es que piensan quedarse así toda la vida?
Sin saber porqué el rubio se levantó, saliendo por la puerta. Era su momento. Echó un vistazo a la clase, en la que apenas había un par de personas más, caminando entonces hacia ella. Se paró pocos metros antes de llegar, sonriendo algo de forma inconsciente, no podía ser tan linda, aunque estuviese en un recreo pasando apuntes a limpio. Terminó de acercarse, carraspeando para hacerse notar.
-¿Qué hacés acá?
-Quería hablar con vos, La, en la nota…
-No me digás La –le interrumpió sin mirarle siquiera, siguiendo a lo suyo
Suspiró dejando algo de silencio, dando unos pasos y sentándose a su lado, apoyándose de espaldas a la pared
-¿Qué hacés, Peter? Andate a Tu sitio, con los Tuyos –recalcó esas palabritas, mirándole con no muy buena cara
-Quiero explicarte
-No hay nada que explicar –volvió a interrumpirle, empezando a escribir de nuevo
-Si hay que explicar, y quiero explicarte –insistió agarrándole la muñeca con su mano, impidiendo que siguiera escribiendo –No seas cabeza dura
-No…- se calló bajando la mirada hasta su mano, sin entender aun como lograba eso, como solo con tocarla hacía que olvidase todo lo demás –Andate, llegás tarde, ya tuve todo lo que tenía que ver, bah oí todo lo que tenía que oir
-No es tarde para pedir perdón –soltó su muñeca, llevando la mano a su cara para hacer que lo mirase –perdoname por haber sido un tardo con vos, no debí tratarte así, y menos debía quedarme quieto cuando Mel y los chicos se pusieron así –deslizó los dedos con cuidado por su mejilla
En cualquier otro momento, a cualquier otra persona, la habría mandado a paseo, pero no sabía que era aquello que le pasaba con aquel chico, pero sí que era superior a ella, y que no solo con sentir el contacto de su mano, ahora posada en su mejilla, sino con tener esa mirada tan profunda clavada en sus ojos, esa mirada que le hacían creer que todo estaba bien.
-Está todo bien…no, no tenías que hacer nada, sos así, son así, y yo fui una tarada al pensar que eras lo que no eras –carraspeó, con algo de temblor en su voz, obligándose a si misma a apartar la mirada, apartando la cara con cierta brusquedad.
-Tan poco para tanto che! Vos me conocés
Soltó entonces ella una risa irónica, soltando el bolígrafo, y girándose para mirarle de nuevo.
-Yo conocí a un chico en una fuente, con el que pasé un día en la playa, y desde luego no es el mismo tarado que se hace el machito con sus amigos
-No me hago nada delante de nadie, pasa que no sabés como son acá las cosas
-¿Y cómo son las cosas?
-Las cosas son así, como las ves, unos por un lado y otros por otro
-Buenísimo, entonces que sigan así –apartó la mirada, volviendo a llevarla a su hoja -Ahora andate, si tus amigos y tu novia te ven conmigo te meterás en problema
-No es mi novia, y tampoco voy a dejar las cosas así, con vos no
-No, ya
-No, La, no lo es –insistió volviendo a hacer que le mirase –Si estuvimos un tiempo, pero ya no, lo que viste...fue un beso no más
-No es lo que parecía –mustilló, haciendo una mueca al recordar aquello –Igual, no es que me importe –aclaró con rapidez, apartándose de él
-¿Seguro no te importa? –Bromeó, en un tono muy bajo, casi un susurro, con su mejor sonrisa seductora, acercándose a ella -¿No te pusiste ni un poquito celosa?
Negó con la cabeza, tragando saliva al ver como la distancia de nuevo se acortaba, recordando aquel momento en la playa.
-¿Tendría que estarlo?
-En Absoluto –sonrió rozando su nariz con la suya
Entrecerró los ojos, notando como una sonrisa se dibujaba en su boca de forma inconsciente. Quizás todo no fuese más que chamullo, y que Benicio y los otros chicos tuviese razón, pero de algo estaba segura, y es que cuando lo tenía cerca, cuando le sonreía de aquella forma, el resto del mundo dejaba de tener importancia, dejaba de existir.
-¿Interrumpo algo?
Entonces ese momento, tan parecido al de la playa, terminó igual al de la playa, escuchando una voz, que terminaba por completo por la magia del momento.
Lali se separó con nerviosismo, tosiendo, mientras que Peter apretó los ojos a la par que se mordía en labio, echándose hacia atrás cuando esta se separó dando con la cabeza en la pared, para después fulminar con la mirada a Benjamín.
-¿Sabés que sí?
-A vos no te pregunté, le preguntaba a ella ¿Todo bien Lali? ¿Te está molestando?
-Si, está todo bien –medio sonrió, mirando a uno y después al otro –Estábamos hablando
-Es mi sitio ese, ¿Sabías?
-¿A sí? Mirá vos, no vi. tu nombre
-Ah, pero ¿sabés leer?
-Si, si sé, ¿querés saber lo que además se hacer? –preguntó levantándose de forma  brusca, remangándose los puños de la remera
-Peter ¡Pará! –Exclamó, tirando de la remera hacia abajo para que volviese a sentarse -¿Podés dejarlo acá? Por favor, solo hasta que terminemos de hablar, y se va –sonrió con inocencia
-No deberías acercarte a este tipo, no te conviene –aconsejó, suspirando después –y vos, andate con ojo, ahora no están tus amiguitos
Peter ni siquiera le contestó, estaba más que satisfecho con la respuesta de la morocha, únicamente le lanzó un beso con la mano en forma de burla mientras veía como se iba. Aunque a penas pudo terminar el acto, cuando Lali le agarró la mano tirando de esta hacia debajo de forma brusca para que la cortase.
-Fue él –alzó las manos en un gesto inocente, sonriendo como una nene pequeño que nunca rompió un plato
-Terminás de hablar, y te vas
-Está bien –sonrió pícaro
-¿Qué sonreís así?
-Luego no sirve que me des más conversación para que me quede ¿eh?
-Haber si cuando vuelva tu no-noviecita seguís diciendo lo mismo
-Dale, cortala La, ya te pedí perdón. Me pillaste por sorpresa, todo fue muy rápido
-Ya
-Si, no son mala gente, ninguno, pasa que la mayoría de chetos de acá, bueh, ya viste como son, no saben que vos sos distinta, pero dales tiempo
-¿Yo soy distinta? –sonrió de forma inconsciente, apoyando los brazos sobre la mesa y la cara entre estos
-Lo sos –bajó el tono, y sonrió de nuevo, imitando su gesto –si no, no estaría insistiendo tanto, yo. Sos una privilegiada ¡sabelo!
-Y vos un chamuyero, ¡Sabelo! –le imitó, dándole con el dedo en la punta de la nariz, soltando una risita después, que se le contagió a su compañero, la cual al cortase dejó a ambos, mirándose uno al otro, en silencio
-Me alegro de que te hayás quedado
-Espero no arrepentirme
-No te vas a arrepentir –sonrió llevando de nuevo los deditos hasta su cara, deslizándolos por esta

5 comentarios:

  1. Me encantaaaa!! No m estrañ k a lali la.pueda solo cn tocarla, a mi m derritiria solo cn mirarme jejje
    Espero pronto otro capitulo genia!! :)

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  2. Noooo los amooo demasiadoo! ¿quien no se derriteee?
    Subii otro no nos dejés así!!

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  3. Muuuuy bueno! Subí mas prontoo besotes

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  4. me encanta!! es tan iudhowndijbw re linda!
    obvio quiero
    +++++++++++++++++++++++++++++++++++NOVE!!!
    @celeluchy

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  5. Lali conocío al verdadero Peter ,cuando se cayo en la fuente.

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