Empezar el fin de semana
viendo al equipo de Rugby del colegio jugar aquella importante semifinal, como
si no hubiese más cosas que hacer a las 9 de la mañana. Pues parecía que no.
En primera fila y de
principio a fin, Lali, junto a las chicas estuvieron tragándose todo el
partido, gritando y animando hasta el final. Un final, con una gran victoria.
Tanto jugadores como
animadoras terminaron el partido con una gran efusividad, gritos, abrazos y
felicidad, que prosiguió a pesar de que las gradas fueron quedándose cada vez
más y más vacías.
Lali, tras su intento de
acercarse un par de veces, y sin haberse animado finalmente, decidió ir a la
sección de los chicos, un buen rato después ya estarían más calmados, y
seguramente no eran tantos. Pero cuando fue a llamar a la puerta, no necesitó
girarse para saber que al fondo del pasillo se encontraban todos los chicos,
que aun seguían con aquellos gritos y aquellos cantes. Se giró apoyándose
contra la puerta, mirándoles, cualquiera podría apostar que eran animales más
que jugadores.
Algunos la miraron, aunque
sin prestarle mucha atención por estar más metido en la celebración, otros
directamente ni se molestaron en mirarla, pero hubo una mirada, unos ojos
verdes que ardían en aquel momento que se clavaron en los suyos, mirándola de
una forma que consiguió intimidarla, incluso hacer que se sonrojase.
-Enhorabuena, pensé venir a felicitarte, a felicitarlos, no
sabía si estarían acá, o si era un buen momento… -Habló en un balbuceo y
nerviosismo, sintiéndose por momentos más y más intimidada, por la forma en la
que parecía que la estaba devorando a medida que se acercaba.
Ni siquiera dejó que
terminase sus palabras, cuando Peter la acorraló entre la puerta y él, y
agarrándola entre sus enormes brazos, la besó. Parecía descargar en aquel beso
toda aquella efusividad y emoción del momento, lo que hizo que a Lali le
temblase todo, y que sumergida en aquel beso que la dejó sin aliento en un
segundo, perdiese totalmente la conciencia de para qué había ido hasta allá.
Se colgó en su cuello,
rodeándole con los brazos, dejándose caer sobre la puerta de detrás de ellos,
haciendo él lo mismo.
Un beso con la pasión de aquel
dejaría sin aliento a cualquier persona, y no tardaron mucho en encontrarse sin
este. Lali sintió la necesidad de separarse, aunque solo fuesen unos milímetros
para tomar aire. Pero Peter, aun en aquel alto grado, no podía contenerse, y no
se deparó en seguir llenándola de besos por todos lados. Lali soltó unas
risitas; cualquiera diría que estaba en público, el cual fue un hecho que no
les importó para nada, hasta que la morocha escuchó unos silbidos, y entre
otros sonidos y comentarios enfrente de ellos. Abrió los ojos, apoyando la
barbilla en el hombro de este, mientras él, sin importarle nada seguía con sus
besos.
Ahora sí pudo sentir como
verdaderamente su cara podía parecer un tomate.
-Peter, pará… -murmuró
llevando una manita por su propio cuello, intentando buscar con esta su boca,
entre algunas risas –pará, pará –volvió a pedir entre risas, colocando su mano
finalmente sobre su boca
-¿Qué pasa? –preguntó
subiendo la vista hacia los ojos de ellas, en un tono de protesta bastante
infantil
-Que no es el mejor sitio,
hay demasiado público –comentó de forma divertida, señalando con la mirada al
grupo de enfrente
Peter se giró, y empezó a
reírse en complicidad con sus amigos, alzando las manos y haciendo dos gestitos
con estas, mordiéndose el labio.
-¿Qué hacen?
-Dale, pollerudo, vamos a
celebrar
-¿Sabés la ce cerveza que nos
espera?
Empezaron los chicos a
lanzarle comentarios, entre gritos y risas. ¡Ni que estuviesen tan lejos! Si
solo los separaba un par de pasos.
Peter rió antes las ofertas,
y negó riéndose. Acto seguido, se giró hacia Lali, y sin previo aviso, volvió a
adueñarse de sus labios, mientras la alzaba en sus brazos, tras abrir la puerta
tras de ella para no dejarla caer.
-Vayan ustedes a celebrar con
cerveza –se giró hacia sus amigos, con una sonrisa de las suyas –yo tengo una
celebración mejor –le guiñó un ojo, y cerró la puerta tras de ellos.
-¿Vos tenés qué mejor?
–preguntó Lali, divertida, entre sus brazos, deslizando sus brazos por su
cuello, con la mirada clavada en sus labios, bastante hinchados por aquel beso
-La mirada de Peter, estaba
totalmente clavada en su boca, en sus labios carnosos, húmedos y hinchados, que
parecían llamar a los suyos a gritos -A vos te tengo –susurró, mojándose los
labios, antes de ir acortando la distancia entre ellos, poco a poco, hasta
volver a tomar sus labios en los suyos en un nuevo beso.
Lali, sonriendo para sus
adentros, no dudó un segundo en seguir aquel beso, sus labios conocían ya los
suyos a la perfección, se sentía dueña de su boca, a la que parecía necesitar
casi más que al aire. Cuando no estaban juntos, se sentía incompleta, pero
cuando la besaba, la abrazaba y la acariciaba por todo el cuerpo, parecía como
si todo lo demás del mundo sobrase. Y aunque hubiese una línea clara marcada
entre ellos, hasta la que se podía llegar, esta vez se estaba permitiendo
traspasarla. ¡Tanta testosterona era difícil no, imposible de resistir!
Poco a poco la dejó caer de
sus brazos, hasta que sus pies se apoyaron en el suelo de nuevo, fue entonces
cuando Peter rodeó de nuevo su cuerpo con sus brazos, deslizando las manos por
este, siempre sabiendo hasta dónde podía y dónde no podía llegar, o al menos
intentándolo, aunque cada vez se le hiciese más difícil, como ahora. En aquel
momento estaba tan cegado, tan sumamente colgado en aquel beso lleno de pasión,
tan llevado por aquel deseo, que era incapaz de pensar nada, todo en él era
movido instintivamente.
-Pela, pará un poco –susurró
en el medio de aquel beso, intentando coger algo de aire, con voz ronca y
entrecortada, a causa de lo acelerada que se encontraba. Y a pesar de que su
cabeza fuese la que hablaba, su boca era incapaz de dejar de besarle –Me vas a
matar si seguís así –murmuró mostrando una sonrisa divertida en su boca
-A besos te voy a matar
–bromeó en medio del beso, aunque con cierta parte de verdad en aquello, riendo
un poco, sin dejar ni un segundo de besarla, pero si disminuyendo la intensidad
poco a poco, para dejarla respirar -¿Estás bien? –preguntó el doble de
acelerado de cómo estaba ella, con la respiración agitada, tanto que podrían
escucharla desde la habitación de alado.
Lali asintió, abriendo los
ojos para mirarle, ni siquiera era capaz de articular palabra, ¿qué diablos
había sido aquello? Se avergonzaba a sí misma por todo lo que se había
despertado en ella en aquel beso.
Peter sonrió con cierto tono
de satisfacción por la reacción de la morocha. Dejó un beso tierno sobre sus
labios, y seguido otro, y otro más, dejándola de nuevo totalmente colgada y
bajó después a su cuello.
-Peter, ¡Pará! –exclamó,
riendo un poco -¡Ni un minuto me diste!
-Porque no puedo estar ni un
minuto sin vos –alzó el rostro, mostrando su mejor sonrisa compradora,
agarrando su cara entre sus manos, dejando un beso en sus labios, sabiendo a la
perfección que no era justamente por el ‘no-respirar’
-Chamuchero –murmuró
sacándole la lengua –además, mirá como me estás poniendo, estás todo sudado y…
-protesto, saliendo con la primera excusa que se le vino a la mente para cortar
un poco con aquello.
Peter alzó las cejas,
mirándose y sonriendo divertido, sin pensarse un segundo el sacarse la remera
toda sudada y tirándola por ahí, antes de volver a fijar la mirada en su boca,
acercándose poco a poco a esta.
La boca de Lali se abrió de
forma inconsciente cuando se sacó la remera, y cerró los ojos apretándolos casi
de forma automática.
El morocho, no tuvo otro
remedio que reír a carcajadas al ver la reacción.
-Nah, no podés ser más linda
Lali entre abrió los ojos
para mirarle, si le costaba mantener la vista en sus ojos porque se le iban a
su boca, ahora iba a ser imposible no mirar aquello. Una cosa era fijarse con
las remeras, o imaginarlo, pero así, sin aviso, sin anestesia.
Peter sonrió, al ver como le
miraba, y nuevamente la besó sin previo aviso, hecho que Lali esta vez
agradeció, prefería estar pendiente de eso, perdida en su boca, y no
hipnotizada con su cuerpo perfecto.
La besó de forma más lenta
que la anterior, pero Lali seguía algo rígida, como con miedo a moverse y tocar
dónde no debía. Peter comenzó a bajar las manos, de su cara, las deslizó por su
cuello y por sus hombros, después por sus brazos hasta llegar a sus manos. Las
agarró y acarició, después las movimió junto a las suyas, apoyándolas en su
abdomen, y deslizándola por su torso desnudo. Lali se estremeció. Después de un
pequeño recorrido, soltó sus manos, dejándolas quietas sobre su pecho, y llevó
las suyas a su cintura pegándola a él. Entonces Lali, armándose de valor, se
dejó llevar, comenzando a mover sus manitas sobre este, notando que a medida de
por dónde pasaban sus manos, la piel de Peter se iba erizando. Al fin conseguía
dejarse llevar, y disfrutar, pero unos minutos después, un mal recuerdo hizo
que se separase. Peter la miró, sin entender nada.
-A la ducha –ordenó Lali,
sonriendo después
Peter sonrió, sabiendo que la
cosa no se quedaba solo en un poco de sudor, pero tampoco había que forzar la
situación.
-Si venís conmigo –la cargó,
y besó sus labios al ver la cara de la morocha, para demostrar que solo era una
joda –No me extrañés –le guió un ojo antes de desaparecer tras la puerta del
baño.
Lali suspiró dejándose caer
sobre la puerta hasta sentarse apoyada en esta, echando la cabeza hacia atrás.
Intentando recuperar la respiración habitual, la compostura y recordando todo
lo que había pasado en apenas unos minutos, sin entender aun qué le ocurrió.
Unos minutos después abrió
los ojos, y echó un vistazo por la habitación, fijándose en cada detalle, hasta
que hubo algo en el escritorio que le llamó la atención. Se levantó y se
acercó, agarrando entre sus manos el marquito que había en este.
Ni siquiera escuchó que la
ducha había parado, ni que la puerta del baño se había abierto, mucho menos que
tenía al morocho tras ella, empapado, solo con una toalla en la cintura. No,
hasta que sintió como la rodeaba por la cintura y comenzaba a atacar su cuello
de nuevo.
-Estamos a full hoy, ¿no?
–comentó divertida, estirando el cuello, oliendo su piel, y dejando un par de
besos sobre su mejilla, antes de volver a mirar hacia el marquito -¿Es tu mamá?
Él sonrió asintiendo con la
cabeza, pero parando con los besos y borrando la sonrisa cuando la escuchó.
Apoyó la barbilla en su hombro, abrazándola, mirando la foto y asintiendo, sin
decir más.
-Era muy linda, se parecía a
vos, pero tu hermana sí que es igual, igual.
-Si, Ceci se parece mucho
–comentó sin mucho ánimo –Estaba igual de loca
-Nah, habló el cuerdo
–bromeó, echando la cabeza hacia atrás – ¿la extrañás mucho?
-Sonrió algo forzado, y
después asintió con la cabeza, apoyándose sobre el escritorio, y tirando de la
morocha con él –A veces más, a veces menos. Es muy difícil sobre todo con Ceci,
la abu y yo intentamos hacerlo lo mejor posible, pero no es lo mismo que tener
una mamá y un papá. Que se yo, me acuerdo cuando yo era un nene, y pienso en
todas las cosas que viví con los dos juntos, y cada vez que tenía un problema,
o me pasaba algo, cualquier pelea, o bardo en el que me metía, o cuando me daba
miedo algo. Ceci, no tiene a nadie.
-Te tiene a vos, que sos lo
mejor que le pudo pasar –murmuró, dejando un beso en su cuello, sonriendo
-Lo intento –sonrió –pero sé
que no es lo mismo. Puedo defenderme en algunas cosas, pero ¿y cuando crezca
más? No es lo mismo hablar ciertas cosas con una mamá, a hablarlas conmigo
–hizo una mueca, imaginándose ya algo –Yo tuve que pasar mucho, cuando se
fueron los dos tuve que crecer de golpe, y no es fácil crecer sabiendo que no
tenés a nadie que te respalde, que vaya a estar ahí cuando te equivoques y te
caigas. No sabés que vacío se siente, cuando sos chico y todos hablan de su
papá y su mamá, y vos no tenés a nadie de quien hablarles, cuando llega el fin
de semana y todos tienen planes con la familia, y vos te vas a quedar en el
colegio, cuando llegan a por ellos y pueden tirarse en los brazos del alguien y
decirle “mamá, mamá”, contarle con emoción todo lo que has hecho en la semana
y…-se calló, tomando aire, y llevándose una mano a los ojos, fingiendo que le
picaban, para secar las lágrimas que los habían inundado
Lali se levantó, y se giró
quedando enfrente a él. Se mordió el labio llevando las manitas a su cara, y
dejó un beso sobre sus labios. Antes de abrazarlo. Él la abrazó, y guardó
silencio por unos segundos, intentando calmar toda la bomba que se le había
desatado dentro
–Igual, ya fue, mi mamá se murió, mi viejo
vive lejos con su nueva familia, y hay que seguir, cuando salga de acá, conseguiré
guita, y me iré a vivir a una playa –sonrió separándose un poco de ella, para
sacarle peso al asunto –Y vos, si querés te venís con nosotros
-¿Yo puedo? –Alzó las cejas,
sonriendo sin poder evitarlo –Y… ¿podremos tener animales? Siempre quise un
perro, nah y caballos –sonrió, deslizando las manitas por su cuello, ya que
estaban por soñar, ¿para qué quedarse corta pidiendo?
-Todos los que quieras
–sonrió de lado, separándose del escritorio, y rodeando su cintura con sus
brazos –Entonces, ¿te venís?
-Si no me fuera sería una
idiota, además seguro no me dejarías y me secuestrarías –bromeó, siendo ella
estaba vez la que no le dio tiempo a rechistar cuando ya lo estaba besando.
Peter alzó las cejas, por la
forma en la que esta vez tomó la iniciativa, sonriendo sin poder evitarlo, y
dejándose llevar nuevamente por el beso. El nudo que llevaba en el pecho por
toda aquella historia se acompañaba de un gran vacío de alivio, de haber podido
soltar todo aquello con alguien, y no podía haber sido con alguien mejor que
ella.
Esta vez no necesitó nadie ni
nada que las guiasen. Mientras una mano jugaba enredada en su cabellera, la
otra acarició su pecho, sintiendo su corazón acelerado. El contacto de su mano
sobre su piel desnuda, hizo que se estremeciese, y sonriese a la vez. Sus manos
se deslizaban por su espalda, estorbadas por la remera, y sus pies comenzaron a
moverse de forma instintiva, en dirección a la cama.
Estaban tan metidos de nuevo
en el beso, tan sumergidos y llevados por la pasión, que no fue hasta que
cayeron en la cama que se dieron cuenta de que estaban ahí. Lali rió, a pesar
de que Peter quiso seguir como si nada, pero se terminó contagiando de su risa,
en medio de aquel reguero de besos.
-¿Sabés? Jamás pensé que
fuese tan duro…ya sabés –murmuró Lali, mirándole –Y, aunque no sea la gran
cosa, no estás solo en esta, estoy con vos –sonrió flojito, acariciando su cara
con su mano.
¿Cómo se respondía a algo
así? No podía ser tan linda, tan tierna, y volverle tan loco en todos los
sentidos de la expresión. No existían palabras en el mundo para expresar como
se sentía, era algo tan fuerte que le daba miedo tan solo con pensarlo, y que
prefería ni pensarlo, no quería saber lo que sentía, por miedo a descubrir que
fuese algo más fuerte a lo que él mismo podía dominar.
Ambos fundidos en un nuevo
beso, ahora sin sudores, gente, ni historias que les interrumpiesen, solo el
uno y el otro, y aquella cantidad de sentimientos que los envolvía, y que
hacían que cada vez que se besasen fuese como si un volcán explotase.
Que tiernos *__*
ResponderEliminarme encantaaaaaaaaaaaaaaaa quiero mas mas mas mas mas mas mas :D
Besos @Teen_Angels94
TIERNOSSSSSS! jaajjaa estan a full con los besos ehh :) ME ENCANTAAA!
ResponderEliminarMeee encantoooo!!!!!! :D Muy enamorados mas tiernos!!! :D Frilaliter
ResponderEliminarMas tiernos !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe encanta la nove es re linda
Besoss
leti2311
ayyyyyyyyy subi mas , mas tiernos
ResponderEliminarMAS MAS MAS
ResponderEliminarHola Amiga , He Pasado Por Tu Blog, Me Encanta Esta Novela Un Beso Sube Mas
ResponderEliminares la mejor novela que he leido
ResponderEliminarMuuuuy bueno me encantan son increibleeeees!!! SUBí MAAAAAAAAAAS
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