Capítulo 23

Lali aporreaba el cajón, sin conseguir abrirlo, por más que tirase, lo empujase, patease y gritase, nada, seguía intacto.

Se sobresaltó al escuchar un ruido en la ventana, pegando un grito al ver a alguien entrar por esta.

-¿Todo bien?

Escuchó desde fuera

-Sí, si todo bien, solo fue un…un bicho –gritó Lali desde dentro -¿Qué hacés acá? ¿Sos idiota? Casi me matás de un susto

-No querés hablar con migo por las buenas, pues lo hablaremos por las malas, acá encerrados

-Já –exclamó cruzando los brazos, y volviendo a centrarse en el cajón –Uno, no tengo nada que hablar con vos, y Dos, no estamos encerrados, cuando yo quiera grito y nos abrirá

-Pero no vas a gritar

-¿Por qué?

-Porque te encanta estar encerrada conmigo –susurró a su oído, una vez que se colocó detrás de ella, sonriendo comprador.

La piel de Lali se erizó de forma automática, para cuando quiso darse cuenta lo tenía ya demasiado cerca.

-A vos…a vos te encanta –tragó saliva, intentando mostrarse fuerte, volviendo a tirar del cajón –así después tenés batallitas que inventarle a tus amigos

-¿Qué descís Lali? –arrugó la frente, agarrándola por la cintura y girándola

Se sentó sobre el escritorio, quedando algo atrapada entre este y él

-No te hagás, que sé perfectamente, que te pasaste el fin de semana contándole a todo el mundo, que vos y yo…

-¿Vos y yo qué? –preguntó, alzando las cejas

-Vos y yo eso, vos le contaste a tus amigos que lo hicimos cuando NO hicimos nada y no te hagás el idiota, está todo el mundo hablando de eso

-Todo el mundo habla todo el tiempo, La, y yo no le dije nada a nadie, ¿Cómo vas a pensar que voy a contar eso?

-Hablan cuando tienen de qué hablar, no me tratés como si fuese tarada –cruzó los brazos, mirando a otro lado

-No te estoy tratando de ningún modo, los chicos hablaron por como nos encontraron, pero yo no les dije nada más –suspiró llevando una mano a su cara, haciendo que lo mirase –Te prometo, te juro que yo no dije nada

-Pero tampoco desmentiste nada

-No sirve de nada, la gente habla, eso ha sido así ahora y siempre, no hay que darles importancia –resopló alejándose de ella, y dándo unos pasitos por la habitación -¿Querés que hable con ellos? ¿querés que aclare todo enfrente a todos? –alzó algo la voz, con algo de alteración -¿Querés que me lie a trompadas con todo el que diga algo?

Lali se encogió cuando empezó a escucharle así, y negó. Subió la mirada a él.

-No, no quiero que hagás nada

-Entonces, ¿qué es lo que querés? Porque te juro que no te entiendo. No podemos estar más de dos días bien, sin que te enojés conmigo por algo

-Pero la gente…

-¿La gente qué, Lali? Dejalos, dejalos que hablen. No podés estar encima de cada persona, pendiente de lo que dice o lo que piensa ¡No puede importarte más que nada lo que hablan los demás de vos!

-No es por lo que piensen los demás –encogió los hombros, bajando el tono, al igual que su mirada –Solo quiero que esto sea algo nuestro, solo nuestro, solo vos y yo. Pero ¡Ni siquiera sé qué es esto!

Peter se pasó una mano por el pelo, y llevó la vista hasta ella. Suspiró y volvió a dar unos pasos hasta ella. Colocó una mano a cada lado de ella, agarrándola por la cintura y colocándose entra sus piernas.

Después llevó una de sus manos hasta su cara, deslizándola por esta, mientras su mirada se encontraba con la suya.

-¿Qué querés vos que sea esto?

-No sé, pero, algo

-¿Algo? –preguntó con diversión, robándole un beso –Por ejemplo, mi novia…

-¿Tu novia? –preguntó alzando las cejas. Si justo, había una palabra que le pegase a Peter Lanzani, era la de tener novia –La tuya, de verdad

-De verdad –soltó una pequeña risita –pero dejame terminar –sonrió de lado –Mi novia, clandestina

-A bueno –exclamó alzando los brazos, arrugando la frente –que feo ¿eh? Re feo. Obvio, ¿cómo no? Viniendo de vos ¿Clan-destino? Horrible, suena horrible, suena a trampa, a pirata, a andar escondidos

-Suena a secreto, a misterio, a emoción –sonrió robándole un beso detrás de cada palabra –a aventura, suena a que sea algo solo tuyo y mio

-Y… bueno, igual ahí no suena tan mal –sonrió flojito, de lado, respondiéndole uno que otro beso –Suena, hasta ¿romántico?

-re, re romántico –bromeó en un susurro, sonriendo, volviendo a rozar sus labios con los suyos –entonces, ¿aceptás?

Lali asintió con la cabeza, con los ojos entrecerrados, ya más ida con lo que hacía, que en lo que estaban hablando.

Peter sonrió, y dejando varios besos, pequeños sobre sus labios, hizo presión con los suyos sobre estos, comenzando un beso algo más largo.

Pero el beso no duró lo que quiso, cuando escucharon la puerta abriéndose, la llave dando vueltas

-¿Lali estás bien? ¿va todo bien? –gritó Benjamín desde fuera, mientras giraba la llave

-Dale, escondete –exclamó Lali con rapidez y nerviosismo empujándole, y bajándose de la mesa

-¿Qué? Mirá si me voy a esconder del naipe ese –se negó bufando. Cruzó los brazos, negando con la cabeza.

-Clandestino, vos lo dijiste, solo vos y yo

-Ese es un punto bajo

-Dale –dejó un beso sobre sus labios, sonriendo con inocencia –escondete, ahí abajo, corré

Peter resopló, y se metió bajo la mesa del profesor. Lali sentándose en la silla, la arremetió contra la mesa, apoyando los pies sobre las piernas de Peter.

Benjamín entró abriendo la puerta de golpe, mirando a todos lados.

-¿Qué hacés? –preguntó arrugando la frente

-Nada, nada, pensé que había acá a…nada, ¿estabas sola vos?

-Obvio, ¿con quién voy a estar?

-Qué se yo –encogió los hombros, apoyándose de lado en la pizarra –Vino el idiota de Lanzani, y pensé que…-negó con la cabeza –nada, una pavada

-Si, mirá si iba a estar acá –hizo un gestito con la mano, riendo forzada -¿qué iba a entrar por la ventana?

Peter se mordió el labio, negando con la cabeza ¿más mala mintiendo podía ser?

-Ya, claro –dejó unos instantes de silencio pensativo -¿Estás peleada con él, no?

-Yo, eh…bueno sí

Peter subió la vista, y arrugó la frente. Entonces sonrió de lado, cuando una idea le surcó la cabeza.

Llevó su manita a su pierna, y comenzó a deslizar los deditos por esta.

Lali sintió un estremecimiento recorriéndole todo el cuerpo, y movió los pies intentando, darle para que parase, pero no hubo modo.

-¿Estás bien?

-Sí, sí, una corriente de aire solo –disimuló, acercándose más a la mesa, apoyando un codo en esta, y la cara sobre su mano -¿Me decías?

-Eso, que estás enojada, y no es para menos

-¿Por?

-Y…inventarse eso de vos y él –negó con la cabeza riendo –mirá si una chica como vos va a tener algo con ese

Peter bufó, y Lali tosió para ocultar aquel sonido que había salido misteriosamente de debajo del escritorio.

¿Encima iba a tener que aguantarse que le echase mierda encima?

-Si, ya, obvio

Nah, ¿obvio? Negó con la cabeza, y se acercó a dónde estaban sus deditos con aquel jueguecito, y le dio un beso ahí

Lali pegó un respingo, y él sonrió, y le dio otro, dejando sus labios ahí posados, mientras su mano seguía por ahí, jugueteando y distrayéndola

-¿Seguro estás bien?

Lali asintió, sin verse capaz de pronunciar palabra, por como estaba apretando los dientes.

-Bah, lo que te decía, no te pega nada que andés con un tipo como él Lali, hoy está con vos, mañana con otra, con todas el mismo argumento, todo para luego vacilar con sus amigos únicamente. Menos mal que te diste cuenta a tiempo.

-Si, suerte –murmuró con miedo, a cual sería el próximo ataque del morocho

Peter sonrió con cancherismo, total, ¿más panqueque podía ser? Tirándole mierda para levantarsela, mientras él estaba allá abajo, llenándola de besos, como empezó esta vez por sus piernas.

Lali pegó un respingo mayor, y llevó como acto reflejo su mano hacia sus pierdas, intentando zafar de su boca, como si de un mosquito se tratase.

-A vos te pega otro tipo de chicos, que tu nivel

Peter dejó su pierna para ahora centrarse en su mano, y con una sonrisa divertida, empezó a coger sus dedos con sus labios, dejando besos sobre las yemas

-Porqué… porqué no mejor –cerró un instante los ojos, ahogando un suspiro, si seguía con aquellas caricias, y besos, no sabía como terminaría aquello -¿por qué no mejor lo hablamos más tarde? –sonrió intentando parecer lo más tranquila y convincente posible –quiero sacar esto…lo antes posible

-Bué, sí, será mejor que te deje acabar. Igual, tengo unas cosas que hacer, así que date prisa y salí rápido, porque dejo abierto

-Sí, sí…está todo bien, andá

Lali observó con la vista como se iba, y suspiró aliviada. Después separó un poco la silla y se agachó para mirarle.

-¿Estás loco, vos?

Peter sonrió con su mejor acara de inocencia, y tiró de su manita, para hacerla caer sobre él.

-¿Sus muy valiente, escondido con los besos, no?

-Y…escondido y sin esconder, igual tiene más gracia si nos esconde –comentó con seguridad, antes de agarrar su cara con sus manos, y volver al beso, que minutos antes le debería haber dado.