sábado, 23 de junio de 2012

Capítulo 27





Son curiosos los amigos, todos tenemos amigos, más o menos, gordos, flacos, altos, bajos…hay miles de tipos de amigos; aquellos que con solo mirarte, o con solo mirarlo podéis saber que os pasa, aquella persona que incluso en el peor momento, es capaz de sacarte una sonrisa, y que sabes que pase lo que pase, siempre va a estar ahí.
Hacía tiempo que Lali Espósito, no sentía lo que era tener un amigo de verdad, alguien en quien confiar, un hombro en el que llorar, alguien que te haga reír y que la conociese casi mejor que ella misma.
Cuando llegó a aquel nuevo sitio, había dos grupos claramente marcados, aparte de aquellas personas que prácticamente pasaban desapercibidos, y se pasaban los días metidos o bien en la biblioteca, o en los sótanos jugando a juegos raros. Aquellos dos grupos marcados eran los que dominaban el sitio. Por un lado, los chetos, encabezado por Benjamín amadeo, y sus amigos, con chicas como Candela o Rocío, un grupo de nenes bien, nenes de papa, de plata, movidos por caprichos y el bienestar personal, correctos y educados, con grandes planes y grandes metas de futuro, un futuro que implicase mucha guita; por otro lado estaba el otro grupo, ‘los chicos malos’, para Benjamín y sus amigos no eran más que una panda de niñatos, sin educación, sin modales y sumamente inmaduro. Era aquel grupo encabezado por Agustín Sierra y Peter Lanzani; hacía cosa de un mes, eran la pesadilla del resto de chicos del colegio, si no eras de su grupo podías temblar cuando se acercasen, sus bromas, gamberradas y puteadas eran a cada cual peor, y mejor no meterte en pelea con alguno de ellos o sus chicos, al contrario que los chetos si tocabas a uno, los tocabas a todos. Eran un grupo de amigos caracterizados por vivir el momento, por hacer gamberradas, comportarse como niños que no crecieron y seguían en la primaria, mujeriegos y piratas como los que más, daba igual el momento, el lugar, la mina que fuese o de quien fuese; a todas se las llevaban de calle. Pero por un lado estaban las minas de fuera, aquellas de una noche y si te he visto no me acuerdo; por otro, las chicas del grupo, que eran un grupo en sí entre ellas, encabezadas por Mélodi, con amigas como Giannina o Luna, y al que un primer momento, Lali pensó que pertenecía Eugenia.
Pero, el tiempo fue pasando, y ahora las cosas han cambiado bastante para ese grupo; desde aquella primera pelea de aquellos dos mejores amigos el grupo se dividió en dos, por un lado el de Agustín, y algunos de los chicos, peores que nunca, aliado con Mélodi, y sus amigas. Por otro, Peter, al que en un primer intento Agus intentó que todo el grupo le diese la espalda, se sintió respaldado desde un primer momento con amigos como Pablo o Gastón, quien no tardó mucho en comenzar a salir con su amiga Rocío, y Nicolás, y Eugenia. La novia de Nico, y como una hermana para Peter; que desde un primer momento pensó que era amiga de Mélodi, pero desde aquel día en el cuarto hasta ahora, ha encontrado en ella a la amiga que tanto necesitaba.

De no tener nada, al fin Lali sintió que tenía su lugar en el mundo. Podría decirse que desde que llegó muchos lazos comenzaron a unirse, pero desde el momento que los que sabían de aquella ‘relación clandestina’ comenzaron a juntarse, formaron un nuevo grupo dentro de aquel colegio, no se sabía muy bien qué era, o cómo se podían clasificar. Pero era un grupo especial, cada uno de ellos totalmente distinto al otro, con peleas, riñas, pero grandes momentos, risas y salidas.

Pero no todo era un camino de rosas, ahora que había un grupo del que no se tenían que esconder, Peter estaba más a full que nunca, y cuando más avanzaba él más retrocedía ella. Y no podía dejar de pensar en aquello que escuchó salir de la boca del rubio cuando escuchó aquello en la habitación.

Ella nunca había sido celosa, pero quizás no lo había sido, porque nunca había tenido tanto miedo de perder a alguien. Por culpa de esos celos había veces que la cosa iba de mal en peor, pero era algo que se estaba adueñando de ella, que era más fuerte.

El mismo día anterior, cuando todos juntos habían pasado la noche en la playa, viendo el anochecer, fue la última pelea que tuvieron a causa de unos problemitas con unas chicas en la playa. A la vuelta al colegio, medio se solucionó, pero lo que no se esperó aquella mañana, cuando aun en pijama y medio dormida, al entrar a la cafetería a desayunar, fuese encontrarse a su novio, junto a Pablito y Nicolás, sentados en una mesa con aquellas mismas chicas. ¡Buenísimo!

-Vos podés Lali, vos podés –se repitió en un susurro, pasando por delante de ellos, sin mirarles.

Aunque, desde el lado de ellos, ni siquiera se dieron cuenta de que la morocha había entrado.
Las 5 chicas estaban sentadas en sillas alrededor de la mesa, una sobre las piernas de Pablo. Nico de pie, apoyado con una mano en cada una de las sillas, y Peter sentado sobre la mesa, con los pies apoyados en la misma silla dónde estaba sentada la chica del día anterior. Parecía un don natural aquello del chamullo, como si sin quererlo saliesen solos aquellos comentarios ingeniosos, que unidos a su sonrisa compradora podría derretir a quien fuese.
Lali desde la barra, esperando que le sirviesen su licuado, golpeaba los dedos contra la barra con cierto nerviosismo, obligándose a sí misma a no girar la cabeza para mirarles, pero siéndole imposible.

Al fin le sirvieron, ni siquiera tenía pensado tomárselo allí, se iría al cuarto, y mordería con fuerza la almohada, después iría a clase como si no hubiese pasado nada. Pero cuando pasaba cerca de ellos escuchó aquel comentario de la boca de Nicolás.

-Nah, vos no conocés a mi amigo. Acá, Petercito, como lo ves podría con las dos a la vez

Eran muchos los significados que podía tener aquello, si se pensaba bien, podía no significar nada, pero lo de Lali no era lo de pensar, menos a aquellas alturas; fue por eso por lo que el licuado, acabó cayéndoles a Peter y a las dos chicas que estaban sentadas a cada lado.
Dos gritos a coro se escucharon de golpe, a la par que se levantaban, aunque a ellas a penas les había salpicado; nada más había que ver la cara y remera del morocho, para saber dónde estaba su licuado.

Peter se pasó los deditos por los ojos, sacudiéndolos, para sacarse el licuado

-Perdón, perdón; juro que fue sin querer. No mirada por dónde iba, y no sé, me tropecé –Intentó disculparse Lali como pudo

Peter abrió los ojos finalmente, encontrándose con su mirada, ¿por qué sería que no le sorprendía en absoluto? La fulminó con la mirada, negando con la cabeza. Las primeras veces los celos le resultaban divertidos, cuando simplemente tenía actitud celosa, pero cuando estos iban a más, como en aquel caso, era ya algo que comenzaba a sacarle.
Resopló y se levantó de la mesa, estirando la remera para mirar como había quedado

-¿Venís un momentito detrás de la barra? Así, me ayudás a limpiar todo esto que armaste –preguntó Peter, aunque casi sonó más como una orden que como una invitación.

Lali se mordió el labio, y asintió.

En el almacén de detrás de la barra, Lali se sentó sobre la vitrina, alado de aquel fregadero dónde lavaban los platos, y agarró una bayeta húmeda.

-Dale, vení –murmuró Lali, sin mirarle, y tirando de su remera para que se acercase

Peter tomó aire, y dio un par de pasitos hacia ella, a medida que lo soltaba lentamente. Se colocó entre sus piernas, y apoyó una mano en cada lado de ella, en la vitrina.
Lali comenzó a frotar la remera con la bayeta, en silencio, durante varios minutos. Peter clavó su mirada en ella.

-Perdoname

-No me importa la remera, La

-No solo por la remera

Peter asintió, y no dijo nada más. Lali tragó saliva, y subió la mirada a él

-¿Estás muy enojado?

-¿Qué te pasa a vos? Estás como loca últimamente, Lali, a la mínima desconfiás de mí, y ni siquiera pasa un día desde que te ‘convenzo’, si es que podemos decirlo así, para que me salgás con cosas como esta, ¿todo esto es por lo que dijo Nico? ¿por lo que escuchaste en el cuarto?

Lali bajó la mirada, desde que salieron del cuarto se había negado a hablar de aquello, había esquivado el tema como había podido. Era orgullosa, muy orgullosa, y por más que fuese demasiado obvio, se negaba a admitir que eran celos, qué era todo lo que le pasaba y le preocupaba.

-Confiá un poquito en mí; ¿te pensás que si fuese a tener algo con alguna mina iba a estar así, frente a todo el mundo? Nicolás es un pelotudo, no te voy a engañar, ni me voy a acostar con ninguna mina porque vos no quieras…

No pudo continuar, para cuando quiso terminar la frase, tenía los labios de la morocha sobre los suyos, dándole un beso que le hizo olvidar hasta de lo que estaban hablando.

-Solo quería tener una excusa para poder estar un ratito a solas con vos –sonrió Lali, lo más inocente, intentando parecer lo más creíble posible

Peter arrugó la nariz, aun con los ojos cerrados, y demasiado colgado con aquel beso que le acababa de dar como para poder pensar nada en claro. Aunque por más en otra que estuviese, tampoco era tarado.

-Claro… -murmuró, con ironía, dejando un beso en su nariz, antes de tomar algo de distancia. Mirándola con una sonrisa canchera

Lali asintió con la cabeza, con aquel mismo gesto de inocencia. Se estaba convirtiendo en una experta en aquello de desviar temas, y había encontrado la mejor forma, para cortarlos con rapidez.
Aunque Peter, ya se conocía el truquito bastante bien; cuando no quería ‘avanzar’ le cortaba los besos hablándole con algo, y cuando no quería hablar de algo, le cortaba con besos. Igual, no iba a ser justo él el que se negara a aquella parte.

-Solo quería darte bien los buenos días

-Y… las minas no te importan para nada, ni tenés celos, ni pensás en lo que dijo Nicolás ¿no? –comentó Peter en un tono sarcástico, mirándola como si fuese obvio –Sabés como yo que para darme un beso de buenos días no tenés que regar de licuado a todo el mundo

Lali se mantuvo un instante en silencio, encogiendo los hombros

-Te quiero demasiado, tanto que me asusta, tanto que tengo miedo a perderte

11 comentarios:

  1. me encantaaaaaaaaaaa quiero otro
    @Teen_Angels94

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  2. AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA RE PIO

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  3. es el show de jose maria y ya llego!

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  4. aaaaaaaaaaai mas tiernos! me encantaaaaaaaaan! besoooooss espero el proximo cspitulo!

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  5. q lindosssssssssssssssss
    me encanta esos ataques de celos jajaja
    besos

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  6. me encanto el cap,bueno en geeral la novela me encanta!! jeje
    espero el proximo :)

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  7. Mató el detallito de 'regarlos' a todos (?) Jajajaja.
    Igual, el capítulo me gustó. Se me hizo cortito pero conciso, y me va eso de que ella ande celosa a pesar de todo (:

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  8. Me Encanata Mas Me Encanta Mas
    Besos
    @DaniiVasqueez

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  9. más tierna Lali ... yo la entiendo con eso de los celos. jajaja :| Me encantaaa!

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