lunes, 25 de junio de 2012

Capitulo 28





Había algo que merecía la pena de todas aquellas peleas y aquellos malos momentos, las reconciliaciones.
Un beso como aquel que le acababa de dar, era el responsable de hacer que todo se le pasase tan rápido como le había venido el enojo, y que consiguiera hacerla sentir segura y tranquila.

Peter se separó del beso, y rozó su nariz con la suya, dejando ver una sonrisa en sus labios mientras su mirada seguía clavada en su boca.

-Sería un idiota, si te perdiese YO a vos –se separó un poco, sonriendo, mirándola como si fuese lo más obvio del mundo, que para él, lo era

-Pero, yo no… y Nico dijo…-negó con la cabeza, viendo que ninguna de las frases con las que empezaba acabasen bien paradas -¡Te las pasás rodeado de minas! –exclamó en protesta, sonado algo infantil, que hizo que le morocho soltase una risota.

-Vos fuiste la que querias clandestinidad, tengo que disimular, no más –alzó las manos, en un gesto inocente –Además, no es mi culpa ser irresistible para las minas -bromeó

Lali abrió la boca y arrugó la frente, ¿en serio acababa de decir aquello? Como no tenía bastante con su inseguridad, lo que necesitada era que la cargara justo con eso

-Nah, no podés ser más tarado

Negó con la cabeza, y se bajó de la encimera, saliendo de allí con rapidez. Peter volvió a reir en un primer momento por su reacción, hasta que la vio salir. Empezó a aligerar el paso detrás de ella, gritándole que se parase una y otra vez aunque sin lograr mucho. Entonces la vio subirse al ascensor, Peter se lazó contra la puerta metiendo la mano, logrando que esta se abriese, y se metió con ella dentro.

-Dale, La, fue una joda no más –comentó a medida que se acomodaba la ropa, por el carrerón que se había dado detrás ella.

-Andá a joder con tus amiguitas –exclamó con seriedad, cruzando los brazos bajo su pecho, mirando los numeritos del ascenso que comenzaban a subir

Peter abrió bastante los ojos mirándola, y de un golpe paró el ascensor al darle al botoncito de stop

-¿Qué hacés?

-¿Qué hacés vos? ¿qué te pasa? Te la pasás más enojada conmigo que bien, ¡estás paranoica!

-No jodás con esto, Peter. No me gusta estar encerrada acá –dijo algo nerviosa, acercándose a él, dispuesta a darle a los botones, pero este se lo impidió agarrándole las muñecas

-¿No te gusta estar encerrada o no te gusta afrontar las cosas?

-¿Qué? –dejó un instante el intento de darle al botón, para mirarle

-Eso, Lali. Cada vez que pasa algo, tenemos un problema, o algo lo que sea, lo esquivás, y hacés como si nada –suspiró, aflojando un poco la presión de sus muñecas cuando consiguió captar su atención -¡Estoy podrido de no saber como actuar por no saber que te pasa por la cabeza! –alzó más el tono, más bien en un grito –No podemos seguir así, si me la voy a tener que pasar remando y sin saber porqué

Lali bajó la mirada, y un enorme silencio se hizo en el ascensor. Notó como las manos le comenzaron a sudar.

-Dale al botón, Peter, por favor –pidió en un hilito de voz

Peter asintió, era todo lo que tenía para decirle después de aquello, era como una tortuga, con la menor amenaza se escondía en su caparazón. Un caparazón, duro, indestructible, y que al parecer, ni él mismo podía traspasar.

-Buenísimo, ¿es todo lo que tenés para decirme?

-Tengo claustrofobia –murmuró, con la respiración algo agitada, y la voz temblorosa, como si se fuese a poner a llorar. Aunque él no la creyó, simplemente creyó que era una excusa más para esquivarle –me estoy mareando, abrí por favor

Peter suspiró al escuchar su voz, sabía que por más que forzase la situación no iba a conseguir más que hacerla sentir mal, y de nada serviría entonces.
Soltó sus manos, y se giró, pero cuando fue a darle a botón, no pasó nada. Arrugó la frente mirando la pantallita de los números, pero seguía apagada. Entonces volvió a darle al botón varias veces seguidas, sin conseguir nada, hasta que al golpear la placa de botones de un puñetazo, dónde desahogó un poco todo, la placa se soltó.
Lali miró aquello roto, y abrió los ojos como platos, notando como el pulso comenzaba a acelerarse, y un sudor frío invadía su cuerpo.

-Decime que no estamos encerrados, decime que se va a abrir la puerta –empezó a murmurar aunque fue subiendo el tono, a medida que daba grandes bocanadas de aire, pero sin sentir que este le llegase

Peter la miró al escucharla, mordiéndose el labio al verla, dándose cuenta que no estaba fingiendo nada antes.

-Ei La, calmate –susurró, dando dos pasitos hacia ella llevando las manitas para agarrar su cara –mirame, chiquita mirame

Lali ni siquiera era capaz de escuchar. Sus ojos estaban tan apretados, como lo rígidos que estaban cada uno de sus músculos. Su pulso estaba tan acelerado que por más bocanadas de aire que diese no dejaba que el aire llegase bien. Empezaba a murmurar cosas llorando como que se iba a morir, que no podía respirar, que no iban a salir de ahí…

-Lali, tranquila, no va a pasar nada ¿sí? Nos van a sacar, no te va a pasar nada –pasó un brazo por su cintura y el otro por su espalda abrazándola cuando sintió que casi se desplomaba –abrí los ojos y mirame

Lali sentía su cara empapada en lágrimas, y el corazón encogido, a penas entreabrió un poco los ojos y notó como él le daba un beso en la cabeza. Apoyó su cara en su pecho.

-Tenés que calmarte, intentá respirar –siguió susurrando, con la mirada clavada en ella, llena de preocupación –no voy a dejar que  te pase nada, vamos a salir de acá, y nos vamos a ir a vivir a la playa ¿te acordás? –a medida que hablaba se echó hacia atrás, apoyándose contra la pared, con ella echada encima, mientras le acariciaba el pelo

-No puedo, no puedo respirar, no puedo –murmuró con la voz entrecortada, más por el sofocón que tenía, por aquella forma en la que lloraba, que era lo que hacía que no pudiese respirar –me voy a morir

Peter la apretó un poco más contra él, y llevó una de sus manos a su cara, levantándosela para que le mirase –No te voy a dejar  -mostró una sonrisa, y negó con la cabeza
Lali clavó la vista en su sonrisa, y sus párpados se comenzaron a dejar caer a medida que notó como su boca se acercaba cada vez más a la suya, hasta que la besó. Por un momento sintió que todo se le pasaba, pero de un instante al otro, sin previo aviso se separó de golpe, dándole un empujón.

-Dejame, no te acerqués a mi –gritó, separándose de él, y comenzando a gritar como una loca y a golpear la puerta, volviendo a llorar de peor manera que antes.

Peter puso los ojos en blanco, sin entender nada, mirando todo lo que hacia, y tardando en reaccionar.

-Pará La, ¡Pará! ¡te vas a hacer daño –gritó corriendo hacia ella abrazándola con fuerza por la espalda

-¡Soltame! –gritó dando golpes y patadas al aire, apretando los ojos y volviendo a sentir aquella sensación de no poder respirar por más aire que tomase -¡soltame! ¡no me toqués! ¡no me toqués! ¡no quiero acostarme con vos! ¡no quiero! ¡dejame! –gritaba con miedo, con terror en sus palabras; empezó a dar tantos empujones que acabaron cayendo al suelo, aunque aun así, Peter no la soltó, por el contrario la abrazaba aun más fuerte -¡No quiero! ¡dejame! Dejame…por favor… -su voz fue bajando, cada vez veía todo más y más nubloso

Peter cada vez entendía menos, su mirada estaba clavada en ella, con una mezcla de preocupación, miedo, incluso culpa. ¡Para una vez que no intentaba nada! Lo que tampoco se imaginaba es que justo aquello fuese lo que desencadenaba todo; había necesitado que le diera un ataque así para soltar lo que le pasaba.
En el momento de aquella rabieta, la abrazó con fuerza, no se movió ni dijo nada. Pero cuando notó como sus fuerzas cesaron, consiguió sentarse, con ella en brazos.
Cada vez respiraba peor, y su pulso estaba más acelerado, ya no sabía que hacer, si no conseguía calmarse aquel ataque pasaría a algo peor, y todo lo que hacía lo único que conseguía era ponerla más nerviosa.
Entonces, con una mano busco la suya y entrelazó sus dedos con los suyos, la otra comenzó a deslizarse por un mechón de su pelo. Comenzó a tararear algo en un tono muy bajito

-Quiero invitarte a conocer, la vida que imagine; donde no existe el dolor y cabe un río de amor… Si me ayudas a aprender a mirar, yo te prometo enseñarte a soñar; quisiera mostrarte el corazón que buscás, vení conmigo…

La mirada de Lali se encontró con la de él, poco a poco notó como su pulso iba bajando, y su respiración normalizándose; estaba como hipnotizada.

-Para vos este amor si me das un mundo mejor, todos mis sueños te doy, te doy. Para vos este amor y yo escribo en tu corazón, la letra de esta canción…nuestra canción –susurró aquello último, casi sobre sus labios –Nunca te haría nada, chiquita, te amo –susurró aquellas dos palabras, que hicieron que le diese un brinco el corazón, a él por ser la primera vez que decía algo así, a ella por ser la primera vez que lo oía, a ambos por sentirlo.

12 comentarios:

  1. Me Encanto Me Encanto Quiero Mas
    Pobre Lali,Sos Una Genia
    Besos
    @DaniiVasqueez

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  2. aaaaaaaaaaai le dijo teamo, me muero de amor, al fin lali dijo todo lo que sentia, pero povre tubo que llegar a estas instancias,

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  3. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaai me mori de amorrrrrrrrrrr nanana, fantastico, espero otro cap :) @mikamilone

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  4. me encanto el cap, subi mas!!
    sos una genua, besos :)

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  5. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas , me ncantaaaaaaaaaaa ♥

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  6. kasnivbadbvu que lindo :) me encanta

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  7. sin palabras dfkrfadksfnfg
    me encantaaaaaaaaaaaaa

    quiero mas!!!!
    @Teen_Angels94

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  8. haces maraton un dia?? D:

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  9. Nah, por un momento ya me estaba hasta empezando a preocupar el temita del ataque; era como muy '¿¡Qué se tomó!?' Igual, ni que fuera un acosador él, ¡pooobre, la que se tuvo que comer por nada! Jajajaja. Pero, aún así, me quedo con ése final de 'a ambos por sentirlo' ♥

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  10. Mas tierno !!!

    me encanto

    leti2311

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  11. Lei tu novela en dos dias! esta increiblemente buenisimaaa te felicitooo!

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  12. awwwwwwwwwwww, que tierno Peter. ♥ me encantooo!

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