Había algo que merecía la
pena de todas aquellas peleas y aquellos malos momentos, las reconciliaciones.
Un beso como aquel que le
acababa de dar, era el responsable de hacer que todo se le pasase tan rápido
como le había venido el enojo, y que consiguiera hacerla sentir segura y
tranquila.
Peter se separó del beso, y
rozó su nariz con la suya, dejando ver una sonrisa en sus labios mientras su
mirada seguía clavada en su boca.
-Sería un idiota, si te
perdiese YO a vos –se separó un poco, sonriendo, mirándola como si fuese lo más
obvio del mundo, que para él, lo era
-Pero, yo no… y Nico dijo…-negó
con la cabeza, viendo que ninguna de las frases con las que empezaba acabasen
bien paradas -¡Te las pasás rodeado de minas! –exclamó en protesta, sonado algo
infantil, que hizo que le morocho soltase una risota.
-Vos fuiste la que querias
clandestinidad, tengo que disimular, no más –alzó las manos, en un gesto
inocente –Además, no es mi culpa ser irresistible para las minas -bromeó
Lali abrió la boca y arrugó
la frente, ¿en serio acababa de decir aquello? Como no tenía bastante con su
inseguridad, lo que necesitada era que la cargara justo con eso
-Nah, no podés ser más tarado
Negó con la cabeza, y se bajó
de la encimera, saliendo de allí con rapidez. Peter volvió a reir en un primer
momento por su reacción, hasta que la vio salir. Empezó a aligerar el paso detrás
de ella, gritándole que se parase una y otra vez aunque sin lograr mucho. Entonces
la vio subirse al ascensor, Peter se lazó contra la puerta metiendo la mano,
logrando que esta se abriese, y se metió con ella dentro.
-Dale, La, fue una joda no
más –comentó a medida que se acomodaba la ropa, por el carrerón que se había dado
detrás ella.
-Andá a joder con tus
amiguitas –exclamó con seriedad, cruzando los brazos bajo su pecho, mirando los
numeritos del ascenso que comenzaban a subir
Peter abrió bastante los ojos
mirándola, y de un golpe paró el ascensor al darle al botoncito de stop
-¿Qué hacés?
-¿Qué hacés vos? ¿qué te
pasa? Te la pasás más enojada conmigo que bien, ¡estás paranoica!
-No jodás con esto, Peter. No
me gusta estar encerrada acá –dijo algo nerviosa, acercándose a él, dispuesta a
darle a los botones, pero este se lo impidió agarrándole las muñecas
-¿No te gusta estar encerrada
o no te gusta afrontar las cosas?
-¿Qué? –dejó un instante el
intento de darle al botón, para mirarle
-Eso, Lali. Cada vez que pasa
algo, tenemos un problema, o algo lo que sea, lo esquivás, y hacés como si nada
–suspiró, aflojando un poco la presión de sus muñecas cuando consiguió captar
su atención -¡Estoy podrido de no saber como actuar por no saber que te pasa
por la cabeza! –alzó más el tono, más bien en un grito –No podemos seguir así,
si me la voy a tener que pasar remando y sin saber porqué
Lali bajó la mirada, y un
enorme silencio se hizo en el ascensor. Notó como las manos le comenzaron a
sudar.
-Dale al botón, Peter, por
favor –pidió en un hilito de voz
Peter asintió, era todo lo
que tenía para decirle después de aquello, era como una tortuga, con la menor
amenaza se escondía en su caparazón. Un caparazón, duro, indestructible, y que
al parecer, ni él mismo podía traspasar.
-Buenísimo, ¿es todo lo que
tenés para decirme?
-Tengo claustrofobia –murmuró,
con la respiración algo agitada, y la voz temblorosa, como si se fuese a poner
a llorar. Aunque él no la creyó, simplemente creyó que era una excusa más para
esquivarle –me estoy mareando, abrí por favor
Peter suspiró al escuchar su
voz, sabía que por más que forzase la situación no iba a conseguir más que
hacerla sentir mal, y de nada serviría entonces.
Soltó sus manos, y se giró,
pero cuando fue a darle a botón, no pasó nada. Arrugó la frente mirando la
pantallita de los números, pero seguía apagada. Entonces volvió a darle al botón
varias veces seguidas, sin conseguir nada, hasta que al golpear la placa de
botones de un puñetazo, dónde desahogó un poco todo, la placa se soltó.
Lali miró aquello roto, y
abrió los ojos como platos, notando como el pulso comenzaba a acelerarse, y un
sudor frío invadía su cuerpo.
-Decime que no estamos
encerrados, decime que se va a abrir la puerta –empezó a murmurar aunque fue
subiendo el tono, a medida que daba grandes bocanadas de aire, pero sin sentir
que este le llegase
Peter la miró al escucharla,
mordiéndose el labio al verla, dándose cuenta que no estaba fingiendo nada
antes.
-Ei La, calmate –susurró, dando
dos pasitos hacia ella llevando las manitas para agarrar su cara –mirame,
chiquita mirame
Lali ni siquiera era capaz de
escuchar. Sus ojos estaban tan apretados, como lo rígidos que estaban cada uno
de sus músculos. Su pulso estaba tan acelerado que por más bocanadas de aire
que diese no dejaba que el aire llegase bien. Empezaba a murmurar cosas
llorando como que se iba a morir, que no podía respirar, que no iban a salir de
ahí…
-Lali, tranquila, no va a
pasar nada ¿sí? Nos van a sacar, no te va a pasar nada –pasó un brazo por su
cintura y el otro por su espalda abrazándola cuando sintió que casi se
desplomaba –abrí los ojos y mirame
Lali sentía su cara empapada
en lágrimas, y el corazón encogido, a penas entreabrió un poco los ojos y notó
como él le daba un beso en la cabeza. Apoyó su cara en su pecho.
-Tenés que calmarte, intentá
respirar –siguió susurrando, con la mirada clavada en ella, llena de preocupación
–no voy a dejar que te pase nada, vamos
a salir de acá, y nos vamos a ir a vivir a la playa ¿te acordás? –a medida que
hablaba se echó hacia atrás, apoyándose contra la pared, con ella echada
encima, mientras le acariciaba el pelo
-No puedo, no puedo respirar,
no puedo –murmuró con la voz entrecortada, más por el sofocón que tenía, por
aquella forma en la que lloraba, que era lo que hacía que no pudiese respirar –me
voy a morir
Peter la apretó un poco más
contra él, y llevó una de sus manos a su cara, levantándosela para que le
mirase –No te voy a dejar -mostró una
sonrisa, y negó con la cabeza
Lali clavó la vista en su
sonrisa, y sus párpados se comenzaron a dejar caer a medida que notó como su
boca se acercaba cada vez más a la suya, hasta que la besó. Por un momento
sintió que todo se le pasaba, pero de un instante al otro, sin previo aviso se
separó de golpe, dándole un empujón.
-Dejame, no te acerqués a mi –gritó,
separándose de él, y comenzando a gritar como una loca y a golpear la puerta,
volviendo a llorar de peor manera que antes.
Peter puso los ojos en
blanco, sin entender nada, mirando todo lo que hacia, y tardando en reaccionar.
-Pará La, ¡Pará! ¡te vas a
hacer daño –gritó corriendo hacia ella abrazándola con fuerza por la espalda
-¡Soltame! –gritó dando
golpes y patadas al aire, apretando los ojos y volviendo a sentir aquella
sensación de no poder respirar por más aire que tomase -¡soltame! ¡no me toqués!
¡no me toqués! ¡no quiero acostarme con vos! ¡no quiero! ¡dejame! –gritaba con
miedo, con terror en sus palabras; empezó a dar tantos empujones que acabaron
cayendo al suelo, aunque aun así, Peter no la soltó, por el contrario la
abrazaba aun más fuerte -¡No quiero! ¡dejame! Dejame…por favor… -su voz fue
bajando, cada vez veía todo más y más nubloso
Peter cada vez entendía
menos, su mirada estaba clavada en ella, con una mezcla de preocupación, miedo,
incluso culpa. ¡Para una vez que no intentaba nada! Lo que tampoco se imaginaba
es que justo aquello fuese lo que desencadenaba todo; había necesitado que le
diera un ataque así para soltar lo que le pasaba.
En el momento de aquella
rabieta, la abrazó con fuerza, no se movió ni dijo nada. Pero cuando notó como
sus fuerzas cesaron, consiguió sentarse, con ella en brazos.
Cada vez respiraba peor, y su
pulso estaba más acelerado, ya no sabía que hacer, si no conseguía calmarse
aquel ataque pasaría a algo peor, y todo lo que hacía lo único que conseguía
era ponerla más nerviosa.
Entonces, con una mano busco
la suya y entrelazó sus dedos con los suyos, la otra comenzó a deslizarse por
un mechón de su pelo. Comenzó a tararear algo en un tono muy bajito
-Quiero
invitarte a conocer, la vida que imagine; donde no existe el dolor y cabe un río
de amor… Si me ayudas a aprender a mirar, yo te prometo enseñarte a soñar; quisiera
mostrarte el corazón que buscás, vení conmigo…
La mirada de Lali
se encontró con la de él, poco a poco notó como su pulso iba bajando, y su
respiración normalizándose; estaba como hipnotizada.
-Para vos este
amor si me das un mundo mejor, todos mis sueños te doy, te doy. Para vos este
amor y yo escribo en tu corazón, la letra de esta canción…nuestra canción –susurró
aquello último, casi sobre sus labios –Nunca te haría nada, chiquita, te amo –susurró
aquellas dos palabras, que hicieron que le diese un brinco el corazón, a él por
ser la primera vez que decía algo así, a ella por ser la primera vez que lo oía,
a ambos por sentirlo.
Me Encanto Me Encanto Quiero Mas
ResponderEliminarPobre Lali,Sos Una Genia
Besos
@DaniiVasqueez
aaaaaaaaaaai le dijo teamo, me muero de amor, al fin lali dijo todo lo que sentia, pero povre tubo que llegar a estas instancias,
ResponderEliminaraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaai me mori de amorrrrrrrrrrr nanana, fantastico, espero otro cap :) @mikamilone
ResponderEliminarme encanto el cap, subi mas!!
ResponderEliminarsos una genua, besos :)
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas , me ncantaaaaaaaaaaa ♥
ResponderEliminarkasnivbadbvu que lindo :) me encanta
ResponderEliminarsin palabras dfkrfadksfnfg
ResponderEliminarme encantaaaaaaaaaaaaa
quiero mas!!!!
@Teen_Angels94
haces maraton un dia?? D:
ResponderEliminarNah, por un momento ya me estaba hasta empezando a preocupar el temita del ataque; era como muy '¿¡Qué se tomó!?' Igual, ni que fuera un acosador él, ¡pooobre, la que se tuvo que comer por nada! Jajajaja. Pero, aún así, me quedo con ése final de 'a ambos por sentirlo' ♥
ResponderEliminarMas tierno !!!
ResponderEliminarme encanto
leti2311
Lei tu novela en dos dias! esta increiblemente buenisimaaa te felicitooo!
ResponderEliminarawwwwwwwwwwww, que tierno Peter. ♥ me encantooo!
ResponderEliminar